La venta de 200 tanques a Arabia Saudí siembra la discordia en el partido de Merkel
La presunta venta de 200 tanques Leopard 2 de última generación a Arabia Saudí ha levantado una ola de críticas en Alemania. No sólo la oposición socialdemócrata, verde y del partido La Izquierda considera improcedente el suministro de semejante arsenal al régimen autocrático de la familia Saud. El acuerdo se cuestiona desde las propias filas de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel. Según publica Der Spiegel, el Gobierno integrado por la CDU y los liberales ha dado ya luz verde a la venta de los 200 carros de combate. Conforme a cálculos publicados ayer, la monarquía saudí desembolsará unos 1.700 millones de euros por estos modernos vehículos acorazados. El Gobierno de Israel, buen cliente y principal aliado de Alemania en la región, estaba al corriente del trato. Si bien no ha confirmado la venta, Berlín tampoco la desmiente y apela al "necesario secreto" que "debe amparar" este tipo de negocios.
Las decisiones sobre ventas de armas a otros países no se toman en el Bundestag sino a puerta cerrada en el llamado Consejo Federal de Seguridad, formado por miembros del Gobierno y presidido por la canciller. No obstante, la oposición pedirá hoy explicaciones sobre la venta. En recientes declaraciones a EL PAÍS, el ministro de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle, aseguraba que la política exterior alemana es "una política de paz centrada en el desarme". El modelo Leopard 2 A7, encargado por Riad, es idóneo para combates urbanos.
Esta primavera, el régimen saudí envió tanques y soldados para aplastar los levantamientos contra la vecina monarquía de Bahréin. Riad también reprimió conatos locales de protesta durante el mes de marzo. En este contexto de protestas contra los regímenes autoritarios de Oriente Próximo, la venta de 200 tanques levanta ampollas en la bancada democristiana del Parlamento, donde Ruprecht Polenz, comisionado de Exteriores, y Erika Steinbach, de Derechos Humanos, se sumaron al presidente de la Cámara Norbert Lammert en las críticas a puerta cerrada contra la decisión. En público expresó sus reservas la experta en Defensa de los liberales Elke Hoff, que deseó que el Gobierno "tenga argumentos suficientes para justificarlo, si es que es posible".
La polémica venta recuerda la importancia de la industria armamentística alemana. Cuando se ufanan de sus éxitos como "segunda potencia exportadora" del mundo (después de China), los representantes del Gobierno obvian que Alemania es la tercera exportadora de armas, superada solo por EE UU y Rusia. Más del 10% del material bélico que se vende en el mundo es Made in Germany. Unas 80.000 personas trabajan en el sector, fabricante de superventas mundiales como submarinos tipo 214, los citados Leopard II o el armamento ligero de Heckler & Koch.
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