Los jefes militares de Gbagbo juran lealtad a Ouattara
La ONU asegura que el presidente saliente, trasladado fuera de Abiyán, se entregó tras su detención
Laurent Gbagbo, de 66 años, el presidente saliente de Costa de Marfil, el exdirigente que se había negado a entregar el poder a pesar de haber perdido las elecciones celebradas en noviembre pasado, fue arrestado el lunes por las fuerzas leales al presidente electo tras pasar los últimos 10 días oculto en el búnker de su residencia, defendida por un millar de hombres armados. Gbagbo ahora se encuentra bajo custodia de las fuerzas de Naciones Unidas desplegadas en el país en el hotel del Golfo de Abiyán, cuartel general de Ouattara, al que los jefes militares del exdirigente ya han jurado lealtad.
El presidente reconocido por la comunidad internacional ya ha anunciado que ha iniciado el proceso para que sea juzgado en Costa de Marfil. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha pedido al presidente electo que evite las represalias contra los seguidores del mandatario saliente. Ban mantuvo el lunes por la noche una conversación telefónica con Ouattara y le transmitió su esperanza de que ahora que Gbagbo se encuentra en poder de las fuerzas del presidente se acaben los derramamientos de sangre en el país africano, según ha informado la oficina del portavoz de la ONU, Martin Nersirky. Por lo pronto, los jefes del Ejército que lucharon por Gbagbo han jurado lealtad a su rival, el presidente electo Ouattara, según ha informado la cadena de televisión partidaria del mandatario reconocido por la comunidad internacional. Philippe Mangou, exjefe del Estado Mayor del Ejército de Gbagbo -detenido también el lunes por las fuerzas de Ouattara en su residencia en Abiyán-, y "todos los generales de los Ejércitos de tierra, aire y mar" han jurado lealtad a Ouattara. Mangou se ha reunido ya con el presidente electo, según ha indicado su ayudante de campo a Reuters.
Por su parte, las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI), favorables al presidente electo, Alassane Ouattara, se han desplegado en varios distritos de Abiyán para garantizar la seguridad de los residentes de la capital económica marfileña. A la espera de regresar a sus puestos en la Policía y la Gendarmería, las FRCI tratan de evitar que se repitan los robos y saqueos que se han sucedido en las últimas semanas en una ciudad que ahora parece calmada, tras la detención de Gbagbo, aunque sigue siendo peligrosa.
Gbagbo apareció a las cuatro de la tarde del lunes en la televisión de su enemigo, el presidente electo Alassane Ouattara, en una habitación del Hotel du Golf, donde había sido trasladado desde su residencia junto a su mujer Simone y uno de sus hijos. Cansado, derrotado, sudoroso, Gbagbo se quitaba la camisa estampada frente a las cámaras y, en camiseta, se secaba el sudor sentado en la cama de la habitación del hotel. Su seguridad está ahora en manos de la ONU. En su breve aparición, Gbagbo pidió a sus fuerzas leales que se rindieran y pusieran fin a los combates.
Catorce muertos tras la detención de Gbagbo
Sin embargo, el bastión de Gbagbo de Yopougon no atendió al llamamiento del presidente electo y se encontraron los cadáveres de 14 jóvenes que fueron tiroteados durante la noche. "No sabemos quién lo hizo", ha lamentado un ciudadano local, que ha asegurado que las bandas armadas seguían vagando por el vecindario y que se necesitaban patrullas de la ONU.
En algunas partes del sur de Abiyán, la seguridad ha mejorado lo suficiente como para que taxis y autobuses vuelvan a operar por las calles principales, y vuelvan a abrir algunas tiendas, según ha señalado un testigo. "Estoy feliz porque la paz está volviendo, incluso si los hombres armados siguen disparando ocasionalmente", ha señalado el ciudadano Fatouma Diaby en el barrio de Marcoury. "Ya no tenemos miedo de que los soldados luchen entre sí y de que la población se vea afectada", ha sentenciado.
A los 14 muertos hay que añadirle el fallecimiento de Desiré Tagro, ministro del Interior en el último gobierno formado por Gbagbo, que ha muerto como consecuencia de las heridas que sufrió el lunes por parte de las fuerzas de Ouattara, según emisoras regionales captadas en Dakar. Un grupo de soldados leales al presidente electo agredió a culatazos a Tagro durante el asalto contra la residencia presidencial donde se encontraba junto a Gbagbo. Gravemente herido, Tagro fue trasladado por las fuerzas de la ONUCI al hospital Pisam de Abiyán, donde murió este martes por la mañana.
Ouattara, en su primera comparecencia en televisión tras la detención, ha anunciado que ha ordenado al ministro de Derechos Humanos que inicie un proceso judicial contra Gbagbo, su mujer y su entorno, al tiempo que ha subrayado que adoptará "todas las medidas" necesarias para garantizar la integridad del ex mandatario y de "todas las personas" que han sido detenidas junto a él.
El presidente marfileño, reconocido por la comunidad internacional tras la segunda vuelta electoral del pasado 28 de noviembre, aprovechó su comparecencia para reclamar a los jóvenes milicianos que abandonen las armas porque su "lucha" ya ha terminado, mientras pidió a todos los marfileños que se abstengan "de todo acto de represalia o violencia" haciendo un llamamiento a la calma. "Los jóvenes que se han convertido en milicianos deben entender que su lucha no tiene sentido desde hoy. Les pido que dejen las armas", afirmó el presidente, que pidió "al pueblo que ha sufrido tanto en esta crisis" que "tenga fe en el futuro".
Ouattara reiteró en la televisión su voluntad de crear "una comisión de reconciliación y paz" que investigue los crímenes y matanzas ocurridos en el país en los últimos años. Para facilitar el retorno de la calma y el orden, Ouattara pidió a las fuerzas de seguridad nacionales, de la Misión de la ONU en Costa de Marfil (ONUCI) y de los militares franceses que velen por la seguridad de los habitantes y de los bienes, tanto en la capital económica como en el resto de Costa de Marfil. Los investigadores de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos desplegados al país marfileño han informado precisamente hoy de que ya han contabilizado 536 cadáveres de personas que fueron asesinadas en las matanzas perpetradas en el oeste del país desde finales de marzo.
Los protagonistas del arresto
El arresto se produjo alrededor de las tres de la tarde y, en un primer momento, se aseguró que se había producido por las fuerzas especiales francesas. Poco después, tanto el embajador francés en Costa de Marfil, Jean-Marc Simon, como el Estado Mayor de Francia desmentían esta información e insistían en que el asalto final había sido llevado a cabo por las fuerzas leales al presidente electo, Alassane Ouattara. El matiz es importante, ya que en todo momento Francia ha insistido en que su papel militar en el conflicto -bajo autorización de la ONU- se limitaba al de proteger a la población civil liquidando, para eso, el armamento pesado de Gbagbo.
Con matiz o sin matiz, la intervención francesa, que cuenta en Abiyán con 1.600 soldados, resultó decisiva: una treintena de blindados franceses se dirigió poco antes del asalto final hacia la residencia de Gbagbo a fin de facilitar el camino a las tropas de Ouattara. "Gbagbo fue arrestado por las tropas de Ouattara y no por las tropas especiales francesas, que se quedaron fuera del recinto de la residencia de Gbagbo", explicó a France Presse una fuente diplomática. Desde hacía varias horas, además, helicópteros franceses y de la ONU bombardeaban con misiles las defensas antiaéreas, los cañones, los morteros y los blindados de las fuerzas de Gbagbo.
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