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China, Corea del Sur y Taiwan endurecen el control de alimentos japoneses

La OMS afirma que la detección de productos contaminados es más grave de lo que esperaba.- Tokio paraliza la venta de espinacas de cuatro prefecturas cercanas a Fukushima

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la detección de contaminación radiactiva en alimentos tras los daños sufridos en la central nuclear de Fukushima es un problema "más grave de lo que se esperaba". Horas después, el Gobierno japonés ha prohibido el envío de leche fresca desde esta provincia, y ha ordenado la paralización de la venta de espinacas de cuatro prefecturas cercanas, productos en los que se había confirmado el hallazgo de niveles de yodo radiactivo por encima de los límites legales. Mientras, China, Corea del Sur y Taiwan han anunciado controles más duros sobre los alimentos procedentes de Japón.

"Claramente se trata de una situación grave", ha dicho desde Manila el portavoz de la oficina de la OMS para el Pacífico Occidental, Peter Cordingley. "Es más grave de lo que se pensaba en los primeros días, cuando se creía que este tipo de problemas se limitaba a un radio de entre 20 a 30 kilómetros", ha añadido en una entrevista telefónica con Reuters.

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Pese a que las autoridades japonesas han asegurado que no reviste problemas para la salud, durante este fin de semana ya se había paralizado de forma preventiva la venta de leche fresca procedente de Fukushima, al hallarse leche contaminada a más de 30 kilómetros de la central nuclear, es decir, más allá de la zona de exclusión decretada por las autoridades, de 20 kilómetros.

Mientras, las espinacas con niveles de yodo radiactivo por encima del límite legal fueron detectadas en la vecina prefectura de Ibaraki (centro-este), aunque según el Gobierno, no suponen un riesgo para la salud, y, en menor medida, en las prefecturas de Gunma, Tochigi (centro) y Chiba (centro-este), ubicadas al sur de Fukushima. Durante el fin de semana, las autoridades habían delegado en los gobiernos municipales la decisión de cesar el comercio de alimentos posiblemente contaminados. La prefectura de Gunma había ordenado a las cooperativas locales que interrumpieran el envío de productos hortícolas y asumieran la devolución de los ya enviados.

El Ministerio de Sanidad de Japón también ha instado hoy a los residentes en Iitate, un pueblo de la prefectura de Fukushima, a no beber agua del grifo debido a que, según las mediciones, triplica los niveles normales de radiación, aunque ha descartado que su consumo suponga un riesgo inmediato para la salud humana, según la televisión estatal NHK. Sin embargo, el Gobierno ha señalado a los 3.700 habitantes de la localidad de que el agua es apta para la higiene personal y para cocinar los alimentos.

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El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), recordó el sábado que, si bien el yodo radiactivo tiene una vida corta de cerca de ocho días y luego su radiactividad decae naturalmente en cuestión de semanas, hay un riesgo a corto plazo para la salud humana si es absorbido por el cuerpo, pues puede perjudicar a la tiroides, un riesgo que afecta sobre todo a niños y jóvenes.

El consumo de productos contaminados también puede aumentar el riesgo de desarrollar determinados tipos de cáncer en el futuro, según Meter Ben Embarek, un experto en seguridad alimentaria de la OMS en Pekín. Según el organismo, los productos con los que hay que estar más alerta son los vegetales de hoja verde, que pueden absorber la radiación, y la leche, los huevos y la carne, que pueden resultar contaminados si los animales de los que se obtienen están expuestos a las partículas radiactivas directamente o a través de los alimentos que consumen.

Mientras que Ben Embarek no ve riesgos en consumir alimientos importados desde Japón, debido a los mayores controles que se llevan a cabo en estos momentos, como los anunciados hoy por China, Corea del Sur y Taiwán, y por EE UU el fin de semana, opina que dentro del país se debería evitar el consumo de alimentos frescos producidos alrededor de la central nuclear.

La OMS no tiene evidencias de que la contaminación de alimentos procedentes de la prefectura de Fukushima haya afectado a otros países, según Cordingley. "No hemos podido establecer ninguna relación entre la central y las exportaciones, pero es lógico suponer que algunos productos contaminados hayan salido de la zona", ha admitido. Los expertos de la OMS en Ginebra están intentando obtener las máximas informaciones posibles sobre la crisis para emitir nuevas recomendaciones a lo largo de hoy.

Japón es importador neto de alimentos, pero exporta importantes cantidades de frutas, verduras, productos lácteos y marisco, hasta las 200.000 toneladas por año, según la OMS. Sus principales mercados son Hong Kong, EE UU y China.

Una mujer alimenta a sus vacas en una granja en Kawamata, en la prefectura de Fukushima, a unos 45 kilómetros al oeste de la central nuclear dañada en el seísmo.
Una mujer alimenta a sus vacas en una granja en Kawamata, en la prefectura de Fukushima, a unos 45 kilómetros al oeste de la central nuclear dañada en el seísmo.KEN SHIMIZU (AFP)

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