Claroscuros de la fama en Alemania
Los asuntos de la actualidad alemana que más extrañan a un extranjero son la popularidad de dos figuras públicas: la del dimisionario ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg y la del oso Knut
Entre los asuntos de la actualidad alemana que más extrañan a un extranjero se cuenta la popularidad de dos figuras públicas: la del dimisionario ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg y la del oso Knut. Ninguno de los dos ha podido disfrutar mucho tiempo de las mieles de la gloria: el barón de Guttenberg abandonó su cargo tras conocerse la enorme cantidad de plagios en su tesis doctoral.
El aristócrata bávaro, que era el político más popular del país, se aferró a su puesto durante dos semanas que parecían certificar la rampante berlusconización de la vida pública alemana. Pero al final, no le quedó más remedio que enviarle a la canciller Ángela Merkel un SMS con su dimisión.
Este vídeo impagable muestra, según todos los indicios, el momento en que Merkel recibía el mensaje de texto de su ministro. Junto a ella está la ministra de Educación y Ciencia Anette Schavan (CDU), que un día antes había declarado públicamente sentir "vergüenza" por los plagios en la tesis de su compañero de Gabinete. Observen esas caras y la mirada que intercambian ambas señoras. Sic transit gloria mundi, decíamos. El presentador del programa se burla de Guttenberg augurando su retorno a la política para "el mismo día en que volvamos a usar el marco alemán".
Casi tan querido como el barón de Guttenberg era el osito polar Knut. Nació en el mismo año en que el ex ministro presentaba su tesis doctoral en la Universidad de Bayreuth. Como Guttenberg, Knut enterneció el corazón de millones de alemanes y alemanas. Como Guttenberg, Knut era blando por fuera y duro por dentro. De osezno juguetón pasó a convertirse en un osazo de los que dan miedo. Un zarpazo de Knut podía abrirte la cabeza. En cuanto al peligro que encerraba el ministro Guttenberg, ya quedó manifiesto poco después de que cogiera la cartera de Defensa. Primero, el barón justificó como "militarmente apropiado" el bombardeo que unos meses antes -cuando era ministro su predecesor Franz-Josef Jung- había matado a decenas de civiles en Afganistán. Se trata del ataque más grave ordenado por un alemán desde 1945. Después, cambió de opinión y forzó las dimisiones del jefe del ejército y del secretario de Estado. Además de quitarse cualquier responsabilidad en las evasivas y mentiras que había difundido su Ministerio, Guttenberg renunciaba a dos subalternos que no le eran afines.
El osazo Knut murió el sábado a la tierna edad de 4 años. El ministro Zu Guttenberg, dimitido a primeros de mes, podría volver para reconquistar los corazones los alemanes.
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