La sombra de la posible detención de Gadafi planea sobre la clausura del juicio contra Charles Taylor
La defensa dice que el proceso está politizado y que el expresidente liberiano no animó la guerra en Sierra Leona.- Los fiscales sostienen que armó al Frente Unido Revolucionario a cambio de diamantes
La últimas horas del juicio contra Charles Taylor, expresidente liberiano, por crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados en Sierra Leona, han contado con un huésped inesperado: el líder libio Gadafi. Según la defensa, y a pesar de que Gadafi sigue aferrado al poder en Trípoli, ambos personajes son víctimas "de los intereses políticos de la comunidad internacional".
En el caso de Taylor, una posible condena por haber armado, a cambio de diamantes, al Frente Unido Revolucionario, estaría decidida de antemano. "Incluso si el Tribunal Especial para Sierra Leona le absolviera, Estados Unidos buscaría la forma de procesarle allí", ha dicho su abogado, Courtenay Griffiths, blandiendo informes de la diplomacia estadounidense. En su opinión, dichos cables presentan a Taylor "todavía como una amenaza y un peligro para la estabilidad de África occidental".
La fiscalía, por el contrario, lo considera el comandante en jefe de los rebeldes sierraleoneses. "Unas fuerzas que violaban mujeres y mutilaban menores, o los enterraban vivos, en una campaña de terror lanzada contra los civiles". Así se haría con el control político del país para explotar luego sus recursos naturales. (En la guerra civil de Sierra Leona hubo 50.000 muertos. Otras 100.000 personas perdieron familia y hogar).
Si bien la clausura del proceso se prolongará tres días, y fiscal y defensa dispondrán del correspondiente turno de réplica, Griffiths ha protagonizado la primera sesión. En un alegato pausado, y a ratos irónico, ha intentado desbaratar la imagen de Taylor como "explotador de Sierra Leona y padrino del Frente Unido Revolucionario", presentada por la acusación. "El liberiano Taylor dice que no ostentaba cargo alguno en el país vecino. No pudo, entonces, armar a los rebeldes. Lo mismo dice Gafadi. Que no puede renunciar porque no ostenta una posición formal", señaló al principio la fiscalía. "Gadafi nunca estaría en el banquillo, como hoy vemos a Taylor", contestó raudo el letrado Griffiths. "Para empezar, el Reino Unido no lo toleraría por las presiones económicas derivadas de sus lazos en Libia", añadió.
En uno de sus momentos más irónicos, el defensor de Taylor ha criticado a la fiscalía por llamar como testigos a la supermodelo británica Naomi Campbell, y a la actriz estadounidense Mia Farrow. Fue el pasado verano y debían aclarar la procedencia de unos diamantes supuestamente regalados por Taylor a la modelo. "Sigo sin entender la relación entre unos diamantes entregados a una mujer hermosa en Sudáfrica, y la guerra en Sierra Leona. Ya sabemos que los diamantes son el mejor amigo de las chicas, pero el golpe de efecto buscado por la acusación salió mal", ha subrayado Griffiths. La fiscalía responderá mañana. El juicio debe quedar visto para sentencia el viernes.
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