Los jueces dan luz verde a que Naomi Campbell testifique por los "diamantes sangrientos"
La modelo británica tendrá que explicar el supuesto regalo de la joya por parte del ex presidente liberiano, Charles Taylor, imputado por crímenes de guerra por el Tribunal para Sierra Leona
El Tribunal para Sierra Leona ha dado luz verde para la declaración de un testigo insólito: la modelo británica Naomi Campbell. Los jueces consideran oportuno que explique la procedencia del supuesto diamante regalado, en 1997, por el ex presidente liberiano, Charles Taylor. Según la fiscalía, el antiguo mandatario, que está siendo juzgado por crímenes de guerra y contra la humanidad, habría traficado con esos mismos" diamantes sangrientos". El dinero obtenido sirvió para financiar la insurgencia en Sierra Leona. Campbell habría recibido su joya durante una cena presidida por el antiguo presidente sudafricano, Nelson Mandela. El Tribunal para Sierra Leona, que opera desde La Haya, también ha accedido a que sea convocada la actriz Mia Farrow. Invitada al mismo ágape que Campbell, escuchó el relato de la modelo sobre "una llamada nocturna, y dos representantes de Taylor con un diamante enorme sin tallar como presente". "Uno no olvida una historia así", declaró en abril pasado la actriz, a la cadena estadounidense de televisión ABC.
Naomi Campbell ha declinado hasta la fecha presentarse ante el Tribunal para Sierra Leona. La defensa de Taylor, por su parte, rechazaba su comparecencia por considerar que la fase de alegaciones de la fiscalía ya ha concluido. No procedía, por tanto, reabrir esa parte del caso. La acusación, sin embargo, aduce que sólo supo del regalo en 2009. Por eso llama ahora a la modelo. Su antigua representante, Carole White, también puede recibir en las próximas semanas una citación para testificar.
Elegido presidente de Liberia en 1997, Charles Taylor está acusado de 11 cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados durante la guerra civil que asoló el país vecino, Sierra Leona. Con la venta de diamantes que se le imputa, habría comprado armas para el Frente Unido Revolucionario sierraleonés. Sus miembros eran temidos porque cortaban las extremidades de los civiles con machetes durante la larga guerra civil (1991-2001). Los grupos de derechos humanos señalan a Taylor como el "instigador de una red de grupos armados violentos que operaban en África occidental". Taylor recibió asilo político en Nigeria en 2003, una vez expulsado del poder. En 2006, fue arrestado y devuelto a Liberia. Su extradición y posterior juicio ante se presentan como el principio del fin de la impunidad para los antiguos señores de la guerra africanos.
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