El presidente de Haití René Preval recobra estatura política tras el terremoto
EE UU no le reconocía, en 2007, ni capacidad resolutiva, ni sabiduría para gobernar
El presidente haitiano, René Preval, que salió bastante malparado en un perfil del año 2007 sobre su gobierno y carácter, parece recuperarse como político en los cables de la embajada de EE.UU posteriores al terremoto de enero del año 2010 . El gobernante "apareció en buena forma, energizado, implicado, organizado y articulado" durante su reunión de febrero del pasado año con Nacy Pelosi, entonces presidente de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos. Preval continuará al frente del empobrecido país latinoamericano hasta la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para el 20 de marzo próximo.
Un informe de la embajada lo definió hace cuatro años como un gobernante poco resolutivo, autoritario, despreciativo con sus subordinados, apenas consciente de las consecuencias de sus actos. Otro despacho, fechado en el 2009, redactado por la embajadora, Janet Sanderson, situaba la prioridad del gobernante haitiano antes de la primera vuelta de las elecciones del 2010 en asegurarse que el vencedor no le obligaría a exilarse. El terremoto que causó más de 200.000 muertos y redujo la capital a escombros Puerto Príncipe, parece haber cambiado la percepción norteamericana.
Lejos de hundirse con el sismo, René Preval aparece en los cables de principios del 2010 como un interlocutor válido , cuyo principal reto será administrar la ayuda internacional de una manera "imparcial, justa y transparente". La tarea es sumamente complicada en una nación perforada por la corrupción oficial y el escaso sentido de Estado de sus políticos. En el perfil enviado al Departamento de Estado siete meses después de su investidura, en el 2006, no parecía ser el hombre adecuado para administrar la distribución de la asistencia, pues se decía de Preval que le cuesta delegar y ejecutar decisiones. Se le criticó en aquel año su enfoque de la negociación con las bandas armadas: "desármate o muere". Tampoco le acompañaban las buenas maneras en su trato con el equipo de gobierno. "Al no estar de acuerdo con sus juicios, cortó abruptamente la palabra de su primer ministro en dos ocasiones, en una reunión con funcionarios del gobierno de Estados Unidos".
Un cuestionario sobre Preval enviado por Washington contenía preguntas de este tipo: "¿Qué bebe? ¿Se le ha visto borracho o tembloroso? ¿Cuántas copas puede tomar antes de emborracharse?" La embajadora responde que "Preval bebe whisky y fuma en público, también en la embajada, pero no le hemos visto ebrio o tomar más de un par de bebidas". Más adelante, "según información de inteligencia", comenzó a medicarse después de su reciente viaje a Cuba, "lo que indica la posibilidad de una reactivación del cáncer de próstata".
"¿Cuánto trabaja al día? ¿Se toma descansos", son otras de las preguntas del 2007. La embajada informó que el presidente trabaja muchas horas y ve a mucha gente, no pierde la lucidez y "el embajador ha respondido llamadas telefónicas de Preval a las 6,30 de la mañana y a las 6,30 de la tarde. "Preval dijo al embajador que durante muchos años ha dormido siestas de pijama: dos o tres horas al día después del almuerzo, lo que le permite mantener su energía".
Su principal preocupación como gobernante es "conseguir la mayor asistencia para Haití", dijo el cable. Y tres años después, con el país todavía entre cascotes, Preval parece manejar adecuadamente el juego parlamentario y recibe elogios en algunos cables: "Preval y sus asesores demostraron que son totalmente conscientes de los desafíos monumentales que afrontan, con una visión que va más allá de la inmediatez de la reconstrucción".
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