La deducción del gasto escolar en México
En vísperas de elecciones muy importantes en México (en unos meses se disputarán, entre otras, las gobernaturas de dos Estados emblemáticos, México y Michoacán), el presidente Felipe Calderón se adelanta a la fracción priísta en el Senado de la República, que ya venía discutiendo el asunto, y decreta que las colegiaturas (matrículas escolares), o parte de las mismas, serán deducibles en los impuestos.
La controversia no se ha hecho esperar: sus detractores ven en la medida una amenaza que da incentivos a la privatización de la educación en México y aseguran que demuestra que Calderón se inclina por apoyar a los que más tienen en detrimento de los que viven en pobreza. Los aliados del presidente hablan de una muestra de sensibilidad ante los problemas económicos que están sufriendo las familias mexicanas, en especial las de clase media.
En la encuesta de esta semana le preguntamos a los padres de familia cuyos hijos estudian en escuelas privadas -que por supuesto son los menos- cuánto piensan que puede ayudar a su economía la deducibilidad de las colegiaturas y nos encontramos que apenas un 12% lo percibe como una gran ayuda; a la par, un 35% sostiene que, aunque siente que es un apoyo, no considera que este sea grande. La explicación es sencilla: México es un país donde seis de cada diez personas viven de la economía informal, es decir, que evaden mucho del pago de impuestos que les correspondería, por lo que este asunto de la deducción les tiene un poco sin cuidado.
El decreto de Calderón estipula distintas tarifas de deducción dependiendo el nivel que se curse, desde preescolar hasta bachillerato o similares. Dicho de otro modo, que se supone que corresponde a lo que cuesta al Gobierno cada estudiante de los respectivos niveles, solo se va a poder deducir en la declaración anual, lo cual supone que la primera vez que esto ocurra será en la primavera de 2012, a unos meses de la elección presidencial.
A los padres cuyos hijos estudian en escuelas públicas les preguntamos si pensarían en cambiar a sus hijos a colegios privados, ya que ahora podrían deducir el pago de las colegiaturas, y siete de cada diez nos dijeron que definitivamente no piensan pagar por la educación que sus hijos están recibiendo gratuitamente por parte del Estado.
En general, no se percibe que la medida signifique el principio de la privatización de la educación en México, como han querido ver algunos de los más críticos de las políticas del presidente Calderón, aunque tampoco es arrollador el número de personas que sienten que este asunto va a resultar algo muy positivo para la economía de las familias.
En conclusión, podemos decir que a la mayoría le parece bien que Calderón haya decretado la deducibilidad de las colegiaturas, pero en el fondo no le ve mayor trascendencia.
María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia.
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