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Coletazos de un gran líder

Una vez más, todos esperando a Estados Unidos. Ha tenido que llegar Obama y haciendo equilibrios dialécticos, decirle al cuasi-eterno presidente de Egipto, Hosni Mubarak, que el tiempo de irse es "ahora". En estos momentos de transiciones varias, de cambios en los equilibrios de poder, el mundo sigue necesitando un líder, y los líderes de los países, alguien que respalde, o no, sus políticas. Aunque sea las de un autócrata que lleva casi 30 años en el poder.

Nada que decir del papel de la Unión Europea, claro. Literalmente, nada. Pese a la cercanía geográfica, los intereses económicos y los vínculos históricos, Europa ha vuelto a reaccionar mal y tarde. El papel del líder de nuevo. ¿Querrá algún día Catherine Asthon ejercerlo, sin tener que esperar la opinión de una larga lista de asesores y el consenso de una lista de países?

No está claro que los miles de personas que han tomado las calles de El Cairo y otras ciudades egipcias estos días vayan a interpretar las palabras de Obama como el principio de su victoria. Ya no. Pero para los dirigentes políticos de la zona pueden servir de señal ante lo que les espera si las revueltas se reproducen en sus países. Se ha devaluado la opción de hacer la vista gorda ante los abusos de los derechos humanos o ante unos regímenes burlonamente democráticos a cambio de la estabilidad en una región estratégica. Comienza a cotizarse la esperanza del cambio y Estados Unidos está dispuesto a respaldarlo. Pese a su papel de líder mundial en funciones de interinidad, todavía es un respaldo que tiene peso reconocido.

El cambio hay que apoyarlo incluso si sus perspectivas no apuntan en la dirección que uno desea. Porque lo que los manifestantes quieren acabar con gobernantes que durante décadas han abusado del poder, y que han secuestrado sus oportunidades de futuro. Pero no está claro que su futuro sea la democracia liberal, tal como la conocemos en occidente. Nadie sabe cómo desembocará todo esto. Los medios, los think tanks y los políticos van a la carrera en busca de expertos que puedan ayudar a entender y, sobre todo, a prever qué ocurrirá mañana. Se oyen estos días, con ese tono paternalista que caracteriza al mundo occidental, comentarios sobre cómo las sociedades árabes están alcanzando la madurez. ¿Con miles de siglos de historia?

Uno de los principales desafíos para occidente va a ser aprender a convivir con la realidad que resulte, aunque no sea la que más nos gusta; no va a ser posible mantener la hipocresía occidental de Hamás en Gaza. Ya no es posible tampoco seguir juzgando el mundo con nuestra única lente. Obama ha dejado ya claro que apoya el cambio, ya, y que ese cambio debe ser pacífico y hacia un sistema democrático. Es lo que debe hacer un líder mundial, aunque su poder también esté siendo cuestionado.

Cristina Manzano es directora de la edición española de la revista Foreign Policy

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