EE UU extiende su frontera allende el Río Bravo
En el centro de las urgencias diplomáticas de la secretaria de Estado Hillary Clinton ante México se halla la información de inteligencia. Los detallados requerimientos de la funcionaria estadounidense divulgados por EL PAÍS, a partir de los archivos de Wikileaks, implican una tarea que solo mediante el espionaje pudo ser resuelta, ya que aluden al carácter, la conducta, el entorno privado y hasta la salud del presidente Felipe Calderón.
Clinton parece desconocer los rasgos más importantes del político mexicano, y su cuestionario a sus subordinados de la Embajada en México delata que pone en duda la fortaleza anímica y la claridad de Calderón, al que ve sometido a un estrés alarmante.
En contraste, otro cable revela al presidente mexicano más que deseoso de cooperar con EEUU: es por completo ajeno a su papel constitucional al pugnar por la agenda externa de su vecino del norte más que por la propia. Demanda que el Gobierno estadounidense se haga cargo de vigilar los países de la frontera sur de México bajo el pretexto de la fragilidad en la región centroamericana. Resulta obvio que carece de confianza en las instituciones mexicanas y actúa como si en realidad fuera el gobernador de una provincia de EEUU.
La actuación de Calderón demuestra que, ante la erosión institucional en México, olvida la soberanía del país que gobierna, cuyo ejército, armada y policías chocan entre sí todos los días -responsabilidad que a él le correspondería enmendar- , y donde el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, luce como un "perdedor". Solo mediante el control y la vigilancia de EEUU el Gobierno de México realiza su guerra contra el narcotráfico. Contra la versión oficial, los funcionarios mexicanos suelen reconocer en privado ante EEUU lo que niegan en público en México y el mundo sobre sus errores y carencias.
Desde la diplomacia hasta las operaciones de sus agencias de seguridad, el Gobierno de EEUU ha extendido ya su frontera allende el Río Bravo con la venia del presidente Calderón. A mediados del siglo XIX prosperaron en México los polkos, un grupo de ricos y conservadores que apoyaron a los estadounidenses que invadieron México bajo la presidencia de James K. Polk. Calderón sería el primer presidente polko del siglo XXI.
Sergio González Rodríguez es escritor y periodista mexicano | Comenta esta noticia en la red social de EL PAÍS | La mayor filtración de la historia | Preguntas y respuestas | Ir al especial
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