Corea del Norte asegura que su nuevo programa nuclear es totalmente operativo
Puede proporcionar al régimen de Pyongyang una vía para fabricar más bombas atómicas, además de las entre seis y 12 que se cree que ya ha desarrollado
Pyongyang ha dado una nueva vuelta de tuerca a la mayor escalada de tensión que vive la península coreana desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953). El régimen de Kim Jong-il ha anunciado que tiene en operación una moderna planta de enriquecimiento de uranio con varios miles de centrifugadoras, aunque ha asegurado que es de uso civil. Las instalaciones fueron mostradas el pasado 12 de noviembre a un científico estadounidense, quien las calificó de "impresionantes", aunque advirtió que no hubo manera de comprobar si estaban totalmente en funcionamiento. La revelación provocó la alarma internacional, ya que el programa de uranio puede proporcionar al régimen estalinista una nueva vía para fabricar más bombas atómicas, además de las entre seis y 12 que se cree que ha desarrollado con su programa basado en plutonio.
Pyongyang ha dicho bien claro que la planta es totalmente operativa, y, aunque es imposible comprobarlo, la declaración sube otro grado la crisis en la zona tras el ataque norcoreano el martes de la semana pasada contra una pequeña isla surcoreana situada en aguas del mar Amarillo que se disputan los dos países. Cuatro personas murieron en el bombardeo, dos de ellas, civiles.
"En este momento, la construcción de un reactor de agua ligera progresa de forma activa, y está funcionando una moderna planta de enriquecimiento de uranio, equipada con varios miles de centrifugadoras, para garantizar el suministro de combustible. Los proyectos de desarrollo de energía nuclear para uso pacífico serán más activos en el futuro", afirma el periódico norcoreano Rodong Sinmun. Un reactor nuclear de agua ligera tiene un propósito claramente civil, pero proporciona a Pyongyang una razón para enriquecer uranio, que podría conducir al desarrollo de armas atómicas.
Pekín, que se ha visto sometido a fuertes presiones para que contenga a su vecino, no ha tenido mucho éxito con su propuesta realizada el domingo pasado de celebrar una reunión de emergencia entre los seis países (Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, China, Rusia y Japón) que participan en las conversaciones multilaterales para el desmantelamiento del programa atómico norcoreano. Y ha vuelto a insistir en su necesidad. "Regresar a las conversaciones y las consultas va en interés de todas las partes", ha dicho Hong Lei, portavoz de Exteriores. "Pedimos a todas las partes que hagan más para estabilizar la situación".
Corea del Sur, Estados Unidos y Japón han dado una respuesta fría a la iniciativa, o directamente la han rechazado. Los ministros de Exteriores de estos tres países, sin embargo, han decidido reunirse a principios de diciembre en Washington para discutir el ataque a Yeonpyeong. La agencia japonesa Kyodo aseguró ayer que Dai Bingguo, consejero de Estado chino, tiene previsto viajar a Pyongyang para tratar la crisis.
Estados Unidos ha declinado la propuesta china, porque no sería más que una "actividad de relaciones públicas". "Los norcoreanos tienen que demostrar que son serios en su propósito de poner fin a su conducta agresiva", ha afirmado Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca, informa France Presse. "Es inaceptable para nosotros la celebración de conversaciones a seis bandas sólo porque Corea del Norte se comporte de forma enloquecida. Primero debemos ver algún tipo de esfuerzo sincero sobre su programa de enriquecimiento de uranio y el último incidente", ha señalado Seiji Maehara, ministro de Exteriores, al diario estadounidense Wall Street Journal.
La sucesión de movimientos efectuados por Pyongyang -mostrar la planta, atacar la isla Yeonpyeong y detallas los avances del programa de uranio- puede ser un indicio de su frustración ante el estancamiento de las negociaciones para el desmantelamiento de su programa de armas atómicas a cambio de ayuda. Estados Unidos, Corea del Sur y Japón rechazan reanudarlas mientras Pyongyang no muestre un claro compromiso con la desnuclearización. Las conversaciones están paralizadas desde 2009.
Hong, el portavoz de Exteriores chino, ha salido al paso de las filtraciones de los documentos estadounidenses obtenidos por la organización Wikileaks y ha dicho que Pekín había tomado nota, pero se ha negado a comentar contenidos concretos. Hong urgió a Washington a que "gestione de forma adecuada" las consecuencias derivadas de su divulgación. Los documentos revelan, entre otros, que China, vista tradicionalmente como protectora de Corea del Norte, aceptaría una península coreana unificada, controlada por Seúl, anclada a Estados Unidos en una "alianza benigna" y siempre que esa nueva Corea no fuese hostil a Pekín.
"China apoya de forma sistemática al Norte y al Sur para que dialoguen y mantengan consultas con objeto de mejorar sus relaciones", ha afirmado el portavoz. "Esperamos que Estados Unidos gestione de forma adecuada los temas pertinentes. No queremos ver alteraciones en las relaciones entre China y Estados Unidos".
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