La política sí importa
América Latina, desde hace más de tres décadas, tiene elecciones libres, en general no cuestionadas. Existe mayor respeto a los derechos humanos y una democracia electoral consolidada. Las economías de la región han crecido y se lograron importantes reducciones de la pobreza. Mejoraron en las expectativas y la esperanza de vida y también en la educación.
No obstante, la gente no está satisfecha, el malestar es soterrado. Su expresión más evidente es la poca confianza en los políticos. Las situaciones de tensión escalan con rapidez. Existe un descontento con la forma de gobernar, con la reducida participación y la abismal inequidad. El "déficit democrático" limita consensos y oportunidades de concordar grandes acuerdos de Estado en beneficio del mayor número.
Gobernar es tomar decisiones. Los gobernantes deben elegir entre diferentes opciones. Según sean las decisiones se incrementará su legitimidad y apoyo o crecerá el malestar ciudadano. De allí que preguntarse sobre quiénes inciden en el Gobierno para tomar decisiones es importante. El estudio de opinión del Proyecto Gobernabilidad y Convivencia Democrática en América Latina, auspiciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), aplicada por IPSOS, analizada y procesada por FLACSO, se consultó sobre cual organización considera que más ayuda a la gente ante el Gobierno; nuevamente se evidencia que la política importa. Los sindicatos y los partidos políticos concentran un mayor peso que los noticieros de la televisión, los cuales poseen el mayor peso individual.
La gobernabilidad y la convivencia democrática se afianzan con más democracia, con líderes que desde el Estado democrático hagan efectivo el imperio de la ley, garanticen la seguridad de sus ciudadanos y sus derechos. Estos líderes políticos deben construir consensos, establecer mecanismos de negociación y decisión para fortalecer las instituciones democráticas, en definitiva, ser capaces de formular políticas de Estado en pro de la convivencia democrática.
Los resultados del estudio nos conducen a destacar los siguientes puntos sobre la democracia en América Latina. 1. La coyuntura política cambia con rapidez pero la cultura política desarrolla en el largo plazo. 2. La inequidad y la exclusión social son la principal amenaza de la región. 3. Fortalecer la institucionalidad consolidará la democracia. 4. Sin combatir la corrupción y el crimen organizado no habrá Estado de derecho. Las amenazas emergentes son cada vez más graves y se vinculan al conjunto de ilícitos de redes ilegales que corroen el Estado de derecho. 5. Apostar por el multilateralismo. Concordar posiciones en el sistema global es fundamental para establecer un nuevo sistema de reglas en el sistema internacional. Los factores trasnacionales requieren soluciones compartidas y corresponsabilidad. 6. La globalización genera las migraciones, esta globaliza al país de recepción y las comunidades de origen, por las remesas y los deportados. 7. Vincularse al mundo por medio de la integración es mucho más eficiente. La integración en América Latina presenta un déficit grande, no posee una voz común. 8. El contexto temporal genera espacios o no de concertación política. El tiempo de los presidentes para concertar es breve. Sin acuerdos vinculantes en las cumbres no existirán avances en la gobernanza global y regional.
En síntesis, la democracia resuelve los problemas solo con más democracia, con más Estado de derecho y participación ciudadana institucionalizada. La encuesta ratifica que la política sí importa; los políticos son actores estratégicos de la gobernabilidad y convivencia democrática. Sus organizaciones son las que generan visiones de sociedad y promueven proyectos de bienes públicos y empoderan a la ciudadanía y con ello afianzan y dinamizan la democracia.
Francisco Rojas Aravena es secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
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