Los aspirantes del PAN no salen en la foto

En tiempos del dominio priísta, el cuarto informe de Gobierno del presidente mexicano de turno marcaba el inicio de las pesquisas para anticipar quién sería el elegido para sucederlo, el tapado lo llamaban entonces. El mandatario de marras sopesaría durante todo un año los pros y contras de sus delfines y, un año después y tras rendir ante el Congreso de la Unión su quinto informe de Gobierno, dejaría saber al Partido Revolucionario Institucional (PRI) quién sería su candidato a la Presidencia de la República para las elecciones del siguiente año, y, en consecuencia, el nombre de su sucesor en el cargo.

Quienes en esos tiempos aspiraban a sentarse en la silla presidencial cumplían a rajatabla la regla de oro que resumía de manera precisa don Fidel Velázquez, eterno líder obrero del PRI: el que se mueva, no sale en la foto. Y efectivamente, tabú entonces era insinuar siquiera que se tenían pretensiones sucesorias, peor aún intentar cualquier tipo de maniobras abiertas para inclinar a su favor la decisión del gran elector, del que tenía en sus manos LA decisión: el señor presidente.

Hoy los tiempos son otros y, si bien en México los aspirantes a candidato no tienen necesariamente que enfrentar elecciones primarias para conseguir su nominación, sin el favor de al menos una buena proporción de los militantes del partido por el que aspiran postularse es muy poco probable que consigan ser candidatos.

Estamos a unas semanas de que Calderón rinda su cuarto informe de Gobierno y, según la encuesta que presentamos hoy, solo el PRI y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) cuentan con aspirantes reconocidos. En primerísimo lugar encontramos al priísta Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México: al 63% de las personas que entrevistamos le gustaría que fuera el próximo presidente de la República, porcentaje que sube al 79% cuando se consideran solo las opiniones de los identificados con el PRI. A Peña Nieto le sigue en preferencias la actual presidenta del PRI, Beatriz Paredes, a la que el 32% quisiera ver como presidenta de la República, el 45% considerando solo a los priístas.

Entre los aspirantes de la izquierda y tomando en cuenta las preferencias de todos los entrevistados, están prácticamente empatados Andrés Manuel López Obrador, quien compitiera con Felipe Calderón en 2006, y Marcelo Ebrard, actual jefe de Gobierno de la capital del país. Las diferencias entre uno y otro son evidentes cuando se toman en cuenta solo las opiniones de los perredistas: al 68% le gustaría que López Obrador fuera presidente, contra el 48% que opina lo mismo de Ebrard.

Los que parece que no se han dado cuenta que los tiempos cambiaron son los aspirantes panistas: siguen sin moverse (o si lo hacen nadie lo nota) y, precisamente por eso, no salen en la foto. El único panista que más o menos aparece es Santiago Creel, quien se decía era el delfín del ex presidente Vicente Fox para ser el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) en 2006 y a quien Calderón tuvo a bien derrotar en las primarias de su partido. El senador Creel, considerando la opinión de todos los entrevistados, apenas consigue que el 24% diga que quisiera verlo de presidente de la República, y tomando solo las opiniones de los panistas el porcentaje sube al 40%, mientras que al 66% de los identificados con el PAN le gustaría que el próximo presidente fuera el priísta Peña Nieto.

María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia.