Irán amputa la mano a cinco ladrones reincidentes
Se trata de uno de los castigos más polémicos de su Código Penal y que se sustenta en la 'sharía', o ley islámica
Irán ha amputado la mano a cinco convictos reincidentes de robo en aplicación de uno de los castigos más polémicos de su Código Penal y que se sustenta en la sharía, o ley islámica. La ejecución de la sentencia, dada a conocer por la agencia semioficial ILNA, se ha producido hoy en una cárcel de Hamedán, a unos 300 kilómetros al suroeste de Teherán.
"Cuando una mano se habitúa al robo y hace daño a la gente, debe ser cortada", ha justificado Akbar Biglarí, un funcionario judicial local citado por ILNA.
El responsable ha advertido, no obstante, contra las previsibles críticas de las organizaciones de derechos humanos. "La escuela legal chií respeta la dignidad humana y los derechos de los ciudadanos", ha afirmado. Por ello, ha subrayado, la amputación no es automática para todos los que roban y deben cumplirse 16 criterios para que pueda llevarse a cabo el castigo.
Según Biglarí, solo pierde la mano aquel ladrón que ha cometido al menos 100 robos y, según el artículo 198 del Código Penal, debe ser adulto, estar en plena posesión de sus facultades mentales, no haber sido forzado al robo por otros y que su intención y voluntad de robar haya quedado establecida. De acuerdo con el fiscal de Hamedán, los cinco amputados hoy cumplían esos requisitos.
"La edad media de los cinco ladrones cuyo veredicto de amputación de una mano se ha cumplido superaba los 25 años y habían cometido robos de consideración", ha precisado Biglarí. Entre sus robos el funcionario citó ganado, coches, así como dinero y joyas dentro de domicilios. Para Biglarí, la amputación "actúa como elemento disuasorio".
Irán se encuentra en el punto de mira de las organizaciones de derechos humanos por mantener en su legislación castigos físicos inhumanos como la lapidación y las amputaciones. Numerosas personalidades de todo el mundo están respaldando una campaña internacional para salvar a una condenada a morir lapidada, Sakineh Mohammadí Ashtianí , y poner fin a esa forma de ejecución.
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