Mueren ocho soldados de las fuerzas aliadas en ataques talibanes en Afganistán

Cinco militares de la ISAF han muerto hoy miércoles víctimas de dos ataques registrados en el sur de Afganistán, según la organización, con lo que son ya ocho los soldados muertos en las últimas horas, todos en la parte meridional del país.

En su último comunicado, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) ha informado de que cuatro soldados de la organización murieron por la explosión de un artefacto, y de que un quinto militar falleció víctima de un ataque con armas cortas. "La política de la ISAF es poner en manos de las autoridades nacionales pertinentes los procedimientos de identificación", ha afirmado la organización, sin precisar más detalles.

Horas antes, la ISAF había reconocido que otros tres soldados estadounidenses habían muerto durante un ataque talibán contra un centro de la policía afgana en la ciudad de Kandahar. Cinco civiles también fallecieron durante el ataque.

Ese ataque fue perpetrado ayer por un grupo de insurgentes contra el recinto de la Policía Nacional Afgana del Orden Civil (ANCOP) con un coche cargado de explosivos, armas cortas, lanzagranadas y ametralladoras. Según la ISAF, sus tropas y la policía impidieron que los agresores entraran en el recinto y más tarde estos fueron definitivamente rechazados con la llegada de nuevos refuerzos militares.

Las milicias insurgentes asumieron la autoría del ataque, y reivindicaron la muerte de "cuarenta" soldados afganos y de la OTAN a manos de un grupo de cinco talibanes, de los que, dijeron, dos murieron y tres escaparon.

Estas ocho muertes de militares occidentales se suman a las tres que se produjeron ayer en Helmand. Un soldado afgano renegado mató a tres soldados británicos en el sureste de la provincia afgana de Helmand, según informaron fuentes de la seguridad provincial.

El pasado mes de junio fue el más mortífero para las tropas internacionales desplegadas en Afganistán desde el inicio de la guerra en 2001, con un total de 102 bajas. En el país centroasiático hay desplegados unos 130.000 soldados extranjeros, a la espera de un último refuerzo de 20.000 efectivos.

En medio de este caos en la guerra afgana, la Unión Europea decidió ayer posponer hasta septiembre los 600 millones de euros de su programa de ayuda a la reconstrucción de Afganistán. Bruselas dijo estar a la espera de conocer las peticiones de financiación que el Gobierno de Hamid Karzai va a presentar en la gran conferencia internacional del próximo día 20 en Kabul. Hace unos días el Congreso de Estados Unidos congeló una petición adicional de la Administración de Barack Obama por más de 3.000 millones de euros a la luz de informaciones de prensa sobre malversaciones y fuga directa del país de cantidades ya recibidas.