Hasta ayer mismo, los retrocesos o limitaciones, en cambio, se han producido por la fuerza de las armas y de la coacción. En dos ocasiones, en 1714 y en 1939, fruto de sendas guerras civiles en las que los catalanes, su territorio y sus instituciones se encontraron en el bando perdedor. En una ocasión, en 1923, por un golpe de Estado incruento, perpetrado desde la jefatura del Estado. En otra, resultado de una insurrección fracasada contra el Gobierno español legalmente constituido, en la que el gobierno catalán encabezó el bando de los rebeldes. Sólo en la actual las pretensiones de ampliación del autogobierno se han encontrado con las limitaciones marcadas por el más alto tribunal de un Estado de derecho constituido en democracia parlamentaria.
La fiesta nacional catalana, el día 11 de septiembre, celebra la primera de esta serie de derrotas, algo que muchos han reprochado o utilizado irónicamente en relación al espíritu catalanista. Pero tiene también otra lectura, quizás vigente en la actual circunstancia: de las piedras hacen panes, de las derrotas victorias. Si es posible enumerar las victorias negociadas y las derrotas armadas es porque de todas ellas surgió siempre, una y otra vez, la voluntad de autogobierno catalana. Esta vez, afortunadamente sin armas ya de por medio e incluso con la ambigüedad de las numerosas e incluso diametralmente opuestas interpretaciones de la sentencia, la situación es radicalmente distinta. En primer lugar, porque el amplísimo grado de autonomía ya conseguida y en pleno ejercicio no quedará mermado ni un ápice y, en segundo lugar, porque la sentencia tiene el efecto de terminar con la ambigüedad que había presidido el pacto, el texto y el desarrollo constitucional y estatutario entre 1977 y 1979.
Este efecto clarificador no será el punto final ni el cierre del Estado de las Autonomías. Los límites que ha marcado el Tribunal Constitucional respecto a la capacidad constitucional —cuestión controvertida en los dos sentidos, de los que creen que caben más cosas y de los que consideran que ya no caben las que hay dentro— no van a convertirse en el techo del autogobierno catalán, al contrario. Lo dicen claramente las encuestas de opinión y los programas de los partidos. El resultado de la sentencia será la lista de la compra: ese cinco por ciento del Estatut declarado inconstitucional se convertirá en la reivindicación mínima de todas las fuerzas políticas, a excepción del PP y de Ciutadans. Zapatero ya lo ha concedido antes de sentarse con Montilla a analizar la sentencia. También lo conceden el silencio y los esfuerzos de contención de Rajoy, que quiere sacar votos en Cataluña y sobre todo gobernar en Madrid aunque sea con CiU.
Tan evidentes son los efectos clarificadores que permitirán una mejor organización de las reivindicaciones catalanistas. Después de exigir el 5 por ciento inconstitucional del actual Estatuto queda todavía margen para reavivar el Estatuto que fue pactado en La Moncloa entre Artur Mas y Zapatero. CiU tiene ahora la oportunidad de recuperar todo lo que entregó a Zapatero en aquella reunión, a la vista ahora del grado de cumplimiento de los compromisos entonces adquiridos por el presidente del Gobierno. Y Esquerra Republicana y todo el independentismo tienen la oportunidad de resucitar el texto entero aprobado por el Parlamento de Catalunya, antes de que pasara por las sucesivos cepillos de unos y otros.
El presidente Montilla declaró ayer que su único plan B es que se cumpla el plan A, es decir, la aplicación por una vía u otra del Estatuto en su cien por cien. Pero eso no va a evitar que, aunque sólo sea como cautela, quienes desconfían del plan A o incluso quienes quieren asegurarse de que se cumplirá, empezarán a preparar el plan B. Hasta ahora conocíamos un independentismo de sentimientos; ahora empezará el independentismo de la razón e incluso de la necesidad.
Comentarios
yo creo que aunque le llamen como le llamen, el sentimiento es de que no nos entienden en el resto de ESPAÑA,son incapaces de respetar no se ponen en nuestro lugar,si fuera al revés seguro que los que querrían independizarse serían ellos si pusieran el catalán por delante del castellano en madrid,si sintieran que contribuye más que ninguna autonomía, que tenemos que pagar más por todo que el resto de España,que se creen que en catalunya se persigue al que habla en castellano eso es una autentica manipulación,pues se siente más hablar en castellano que en catalán por la calle,y nadie te obliga ha hablarlo,sino lo quieres entender o hablar es problema de cada uno pues ,de menos cosas te enterarás,la sensación desde Catalunya es que no se nos quiere y aprecia,y sino se nos quiere para que vamos a ser amigos,somos amigos a la fuerza o hacemos ver que lo somos pero nadie al que no quiere se puede sentir identificado con una ESPAÑA,DOMINANTE,INTRANSIGENTE,CREÍDA,SOBERBIA ,PREPOTENTE,POR QUE SI FUERA UNA ESPAÑA TOLERANTE, HUMILDE ,SINCERA ,SENCILLA ,NEGOCIADORA, AMISTOSA,INTEGRADORA, PUEDE SER QUE LOS CATALANES NOS SINTIÉRAMOS MÁS A GUSTO CON ESA ESPAÑA,pero no con la que trata de anular,de controlar,de humillar, de creerse más que nada y que nadie ,pues la palabra ESPAÑA ,HA SIDO SIGNO DE OPRESIÓN, DE ANULACIÓN ,DE SOBERBIA,DE MANIPULACIÓN ,DE DICTADURA ES NORMAL QUE EN CATALUNYA ESPAÑA NO NOS SUENE BIEN CUANDO SIEMPRE QUE HABLAN DE ELLA , CUANDO QUIEREN ANULAR ,LA MANERA DE SER Y SENTIR ,SI NO CAMBIAN MUY DIFÍCIL SERÁ QUE NOS SINTAMOS ORGULLOSOS DE UNA ESPAÑA QUE QUIERE DILUIR A CATALUNYA.
Bakunin era un profeta.
Aquella idea de las Mancomunidades libres , agrarias y autosostenibles, solidarias entre sí...
Se hará realidad en España, solo que desde un punto de vista probablemente distinto .
Póngase turisticas y energéticamente dependientes donde corresponda en el penúltimo párrafo en relacion a este.
O.O?
Time for a change, probably. Or we´ll be as good as fried chickens are. That´s it, like "fast food" for mass economy.
"It´s the economy, stupid!"
:P
Buena esa, Jorge. Parece que poca gente se da cuenta que el asunto gira sobre "grasa" de dineritos. Jejeje. Lo mismo de siempre, los deconstructores quieren darle al trasto a todo. Me imagino que quienes detestan España han de estar felices viendo cómo la destruyen el país desde dentro.Solo piensa: España cabe dentro de Texas y sobra tierra. Ahora la quieren partir en pedazos. Espero que se exijan pasaportes y visas consulares para viajar dentro de Yugoslavia, errr... Ex-España.
Se habla de la ignorancia española y de la incapacidad del pueblo español de respetar la voluntad catalana. Personalmente no conozco de primera mano dicha situación, pero es llamativo que en el referéndum del estatut la participación fuese del 49,4% lo cual no dice mucho acerca de un hipotético revanchismo por las derrotas frente al estado opresor español.Se comentaba una serie de calificativos hacia España, pero, ¿Dónde dejamos los "avisos" de Artur Mas hacia Zapatero por el fallo del constitucional? ¿Acaso no sería una muestra de prepotencia e innecesaria violencia política?
He observado varias cuestiones al respecto:
La primera es que España no es suficientemente fuerte. El divide y vencerás ha resultado contraproducente. Yo creo que a Catalunya y al resto de los españoles nos interesa una España fuerte. Pero además, nos aporta una imagen débil de cara al exterior. Si es obra de la política y no de la ciudadanía, lo cierto es que este ambiente agresivo, perjudica al ciudadano de Catalunya que trabaja en España. Perjudica al empresario y al profesional, y degrada y desagrada a la mayoría, en situación crítica respecto al futuro de su estado de bienestar.
Esto sin mencionar el perjuicio en imagen, a nivel internacional.
La segunda cuestión que me preocupa es la utilización del asunto a la hora de no proceder en otros de mayor gravedad, y por último, el que una vez aprobado otras CCAA opten a su Estatuto, sin haber superado un nivel suficiente en el ejercicio de la democracia.
A mi modo de ver, se oculta el deseo de fuertes grupos de poder a la hora de cambiar el modelo de Estado. Y me asusta el hecho de que se presione para lograrlo por involución del actual en lugar de por evolución.
Lamentablemente la mayoría de los ciudadanos españoles no brillamos con luz propia, como Nadal. Pero, al menos, podemos comprobar que es posible destruir mitos, y que nos merecemos otros representantes políticos. Los que están quieren poder, no País. Casi todo lo necesario para mantenerlo se encuentra en desuso o prestado.
En cuanto a los comentarios, en general estoy de acuerdo con Hugo y me ha gustado especialmente el de Guester, en la medida en que hay que saber escuchar (el silencio es a veces, muy sonoro). Y no me estoy refiriendo solamente a Catalunya.
Pero lo que me resulta intolerable, es que se hable de opresión por parte de España. Utilizando el recurso metonímico extraliterario. Los españoles somos España.
A quien se refieren con España: ¿La derecha absolutista, la nacionalista, la izquierda radical, la del dame pan y llámame tonto, la que se arrima a cualquier foco, sin importar de dónde provenga, para obtener un poco de luz?
¿Qué quiere Catalunya de España?¿Cómo la quiere?
¿Desea un antagonismo, una complicidad?¿Dónde está la retroalimentación con los españoles? Insultando a los españoles que luchamos porque nuestro País sea respetado, se atenta contra el civismo y la concordia - y esta va por miguel-.
Superar un modelo de Estado, presupone haberlo aprobado y mejorado. Las descalificaciones tienen que concretarse.
De cualquier forma, España está en una situación crítica. Entretenernos en descalificaciones va en nuestra contra. A favor de los que atentan contra la salud, la seguridad y los derechos de los ciudadanos.
España está en construcción. La verdadera cuestión es que España queremos construir. Seria un acto de madurez debatir las diferentes opciones. En Cataluña ultimamente se están celebrando referendums de atodeterminación. Y uno hecha en falta que alguien explicara porqué a los Catalanes nos interesa seguir siendo Españoles y si al resto de España le interesa seguir contando con Cataluña. Tal vez desde fuera pueda parecer innecesario y que entrar en el debate sería darle voz al independentismo. ERC, el unico partido que tiene la independencia en su programa electoral, CIU juega a la ambiguedad según le interese, ERC, decía, cuando más votos ha obtenido ha sido cuando ha tenído un candidato martir llamado Josep Lluis y es que el independentismo se sustenta desde el victimismo hacia Madrid.
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