Hallados seis cadáveres con el corazón arrancado en Cancún
Los fallecidos son dos mujeres y cuatro varones, uno de ellos menor de edad.- Los cadáveres tenían una zeta grabada en el abdomen, señal uno de los carteles más sanguinarios de México
Seis muertos ya no son noticia en México. Hace falta que esos cuerpos aparezcan torturados, con una zeta grabada en el abdomen y... sin corazón. Eso es lo que sucedió el domingo en Cancún. La policía municipal recibió la llamada de un vecino de la colonia El Roble, a unos 30 kilómetros del popular destino turístico , que decía haber encontrado un colchón ensangrentado junto a la carretera. Al llegar, los agentes descubrieron junto al jergón un agujero de aproximadamente un metro de diámetro. Al fondo se vislumbraba el cuerpo de un hombre con las manos atadas.
Sólo era el primero. Dado lo angosto de la fosa, los policías tuvieron que pedir ayuda a la Cruz Roja y a los bomberos para sacar los cadáveres. Había seis. Dos mujeres y cuatro varones, uno de ellos menor de edad. Según el portavoz de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Quintana Roo, Félix Canul, los cuerpos presentaban inequívocas huellas de tortura: "Y les habían abierto el pecho para sacarles el corazón". Según el Servicio Médico Forense, todos los cadáveres tenían una incisión en el costado izquierdo por la que les había sido extraído el órgano. La macabra operación, según los facultativos, se llevó a cabo después del fallecimiento de las víctimas. Además, cuatro de los cuerpos estaban atados de pies y manos con cuerdas de las que utilizan los tenderos, y los otros dos estaban esposados. Aún no se conoce la identidad de las víctimas, pero los victimarios sí se encargaron de dejar su firma: una zeta marcada en el abdomen con un objeto punzante. La señal de Los Zetas , uno de los carteles más sanguinarios de México.
La guerra entre los carteles del narcotráfico ha alcanzado tal virulencia en México -más de 22.00 muertos desde que el presidente Felipe Calderón llegara a finales de 2006- que los sicarios ya no tienen bastante con matarse entre sí. Tratan, además, de aterrorizar al rival. O de mandarle un mensaje. La policía suele encontrar en los escenarios del crimen, junto al espanto habitual de las cabezas cortadas, cuartillas o incluso pancartas en las que se anuncian próximos asesinatos o se explican las razones de la acción. Pero hay ocasiones en las que los narcotraficantes son todavía más explícitos. En la ciudad fronteriza de Tijuana, se encontraron hace un año los cuerpos de 19 jóvenes asesinados. Sobre ellos, un cartel: "Esto le va a pasar a toda la gente que ande con El Ingeniero, por bocones". Y junto al cartel, una bolsa de plástico con las lenguas de las víctimas.
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