Trabajadores y universitarios se movilizan contra Piñera
Protestas en Chile por los despidos en órganos de Gobierno
Los trabajadores del Estado y los estudiantes son los primeros sectores que han realizado protestas y paros contra el Gobierno de derecha del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien después del terremoto que golpeó la zona centro sur del país el 27 de febrero ha tenido un panorama social más tranquilo del que muchos analistas preveían: casi sin agitación callejera.
El terremoto y posterior tsunami, que dejaron más de 500 muertos, causaron además cuantiosos daños y forzaron al nuevo Gobierno a cambiar sus agenda para afrontar la emergencia, e iniciar la reconstrucción, que dejó paralizados a los sectores sociales más organizados. Las movilizaciones han estado casi ausentes salvo en algunos sindicatos y entre los estudiantes, que han endurecido el tono de sus demandas al Gobierno de Piñera.
El presidente chileno había prometido que no habría recortes entre los trabajadores gubernamentales, así que los más de 1.000 despidos en ministerios, antes de que la nueva administración cumpla su segundo mes instalada en La Moneda, pusieron en alerta a la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), uno de los sindicatos más fuertes del país. Trabajadores del Ministerio de Educación realizaron ayer un paro en Santiago para que terminen los despidos en este organismo gubernamental, que encabeza el ministro Joaquín Lavín, considerado uno de los posibles aspirantes presidenciales de la derecha para las elecciones de 2013. Días atrás, manifestantes tomaron las oficinas del ministro por la misma razón.
En algunos organismos del Estado los despidos han tenido un tinte político, pues afectaron a funcionarios y directivos medios que tenían buenas evaluaciones previas, según denuncian los dirigentes sindicales y los partidos de oposición. Las nuevas autoridades estatales han llegado a asumir sus cargos en algunas oficinas preguntando por las simpatías políticas de los funcionarios.
En La Moneda refutan estas denuncias, sostienen que los despidos no son tan numerosos y niegan que hayan sido por factores políticos. Sí admiten algunos errores en la instalación del Gobierno, pocos días después del terremoto.
Los universitarios, entretanto, calientan motores en marchas callejeras para protestar por alzas en el billete escolar para el transporte público y la falta de ayuda en el pago de la universidad, en especial para quienes resultaron damnificados por el seísmo. Su lucha histórica, que también la tuvieron durante los Gobiernos de la Concertación (1990-2010), es por más recursos para las universidades estatales. Los rectores de los planteles académicos estatales miran con simpatía estas movilizaciones de los estudiantes.
