83 personas siguen atrapadas en una mina rusa tras dos explosiones
Las tareas de rescate se han suspendido por las peligrosas condiciones en la galería.- El accidente ha causado 12 muertos
Las peligrosas condiciones en el interior de la mina rusa Raspádskaya obligaron a suspender las tareas de rescate de las 83 personas que permanecen atrapadas desde ayer. Al menos 12 trabajadores murieron y 53 resultaron heridos en las dos explosiones de metano dentro de la explotación de carbón, situada en la región hullera siberiana de Kémerovo (a 3.500 kilómetros al este de Moscú), según informó la fiscalía rusa.
La primera explosión tuvo lugar ayer a las 20.55 hora de Moscú (dos horas menos en la España peninsular), y dejó atrapados a 64 mineros. La segunda, cuatro horas más tarde, sorprendió dentro a 19 miembros de los equipos de rescate, según la agencia Interfax, y dañó el principal pozo de ventilación de la mina, que se llenó de humo y gas.
Ante estas condiciones y el temor a nuevas explosiones, las autoridades decidieron suspender los trabajos de búsqueda. "Llevar a cabo tareas de rescate ahora sería enviar a la gente a la muerte", justificó el gobernador regional, Aman Tuleyev, citado por la agencia Itar-Tass, que aseguró que continuarían cuando las condiciones mejoren.
Mientras, los equipos de socorro tratan de bombear oxígeno en el interior de la mina, según Valery Korchagin, un funcionario de los servicios regionales de emergencias. Sin embargo, las esperanzas de hallar a los atrapados con vida disminuyen con el paso de las horas. Un responsable de la compañía Raspádskaya, propietaria de la mina, aseguró a Itar-Tass que se ha perdido el contacto con los 20 trabajadores de rescate atrapados, y que se desconoce si siguen vivos.
Según la portavoz oficial del comité de instrucción de la fiscalía en la región de Kémerovo, Nadezhda Anáneva, ya se han llevado a la superficie los cuerpos sin vida de siete mineros, mientras que los cadáveres de otros cinco permanecen en el interior de la mina, que produce ocho millones de toneladas anuales de carbón.
En el momento del primer accidente, se hallaban en el interior de la mina entre 312 y 359 trabajadores (las cifras del Gobierno ruso y de la compañía minera difieren), la mayoría de los cuales pudieron ser evacuados. Un total de 53 fueron ingresados en el hospital de la localidad de Mezhduréchensk, de los cuales ocho se encuentran en estado grave.
"Seis mineros pudieron regresar a casa después de pasar un examen médico. Algunos trabajadores que salieron por su propio pie de la mina acuden ahora al hospital, ya que se sienten mal", agregó una fuente hospitlaria.
El ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigu, informó inmediatamente al presidente ruso, Dmitri Medvédev, y al primer ministro, Vladímir Putin, sobre el accidente y las operaciones de rescate de los trabajadores. "La situación es muy difícil, diría que trágica", declaró Putin. Aunque reconoció que mientras no se restablezca la ventilación en el interior de la mina no se debe mandar a nuevos equipos de rescate, Putin dijo que tampoco "se pueden quedar de brazos cruzados", y ordenó a Shoigu que se desplazara a la mina para dirigir las operaciones de salvamento.
El accidente ha ensombrecido los actos por el 65º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la II Guerra Mundial, que han culminado con un desfile militar en la Plaza Roja de Moscú.
El mayor accidente minero de los últimos 60 años en Rusia tuvo lugar en marzo de 2007, cuando 108 mineros murieron debido a una explosión de grisú en la mina "Ulianóvskaya", también en Kémerovo.
Dos meses más tarde, otros 38 trabajadores perdieron la vida a causa de una explosión de metano en la mina de carbón "Yubiléinaya", en la misma región.
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