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Raúl Castro despide de modo fulminante a dos ministros, uno de ellos con rango de vicepresidente

Las autoridades no han dado más explicaciones que los "errores cometidos", mientras continúan ascendiendo militares a posiciones clave

El mar esta revuelto en las alturas políticas de Cuba. Dos meses después de la destitución de un peso pesado como el general Rogelio Acevedo, que durante 20 años fue jefe del Instituto de Aeronáutica Civil, otros dos ministros del Gobierno de Raúl Castro han sido destituidos de modo fulminante. Uno de ellos, el titular de Transporte, Jorge Luis Sierra, era también vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del poderoso Buró Político del Partido Comunista. Sierra, de 49 años, tenía un perfil discreto y era considerado uno de los cuadros de la generación intermedia que contaba con el respaldo del presidente cubano para ser parte del relevo de la dirigencia histórica.

Pero nada. Con la opacidad propia del sistema, una nota oficial se limitó a informar el lunes que, "a propuesta" de Raúl Castro, el Consejo de Estado había decidido "liberar" a Sierra de sus "responsabilidades" como vicepresidente y ministro debido a "errores cometidos en el desempeño de sus funciones". Nada más. No se aclaró que ocurrirá con su cargo en la cúpula del Partido Comunista. Es muy probable que nunca se sepan cuales fueron en concreto sus "errores", pues el Gobierno cubano no suele dar explicaciones sobre estos temas ni la prensa reclamar aclaraciones.

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Como es común desde que Raúl Castro llegó al poder, el despedido fue sustituido por un miembro del Ejército. En este caso por dos, ya que en su cargo de vicepresidente fue relevado por el octogenario general Antonio Enrique Luzón - un histórico, comandante desde los tiempos de la Sierra Maestra y en la actualidad responsable de la rehabilitación del sistema ferroviario -, mientras que como nuevo ministro de Transporte fue designado César Ignacio Arocha, de 51 años, también miembro de las Fuerzas Armadas y "por mas de tres décadas" director de una empresa de transporte de alimentos, según la nota oficial.

El otro alto cargo destituido es Luís Manuel Ávila González, desde noviembre de 2008 ministro del Azúcar. Este es uno de los sectores más golpeados por la crisis de los noventa, que hace una década hizo una drástica reconversión y cerró más de la mitad de las fábricas azucareras del país, pero sin resultados. El comunicado del Gobierno emplea términos más suaves para anunciar la destitución de Ávila: el compañero "solicitó su liberación al reconocer las deficiencias de su trabajo que le fueron señaladas". Para sustituirle fue elegido Orlando Celso García, actual vicejefe del mismo ministerio.

Desde que en julio de 2006 Raúl Castro sustituyó a su hermano Fidel, debido a una grave enfermedad del líder comunista, más de una docena de altos cargos y decenas de dirigentes intermedios y directivos de importantes empresas estatales han sido destituidos y en muchos casos relevados en sus funciones por militares. Los sacrificados más famosos, sin duda, fueron el ex vicepresidente Carlos Lage y el ex ministro de Relaciones exteriores, Felipe Pérez Roque, de quien se dijo que alimentaban ambiciones de poder.

Hace dos meses fue destituido Rogelio Acevedo, un importante general de división que combatió en la columna del Che Guevara y que llevaba dos décadas al frente de la aviación civil. Aunque las explicaciones sobre su despido tampoco existieron, diversas fuentes dijeron que su caso tenía que ver con un escándalo de corrupción en el que estaba implicada su esposa y diversos directivos de la red de empresas de la aviación. Pero sin confirmación oficial. La destitución ahora de Sierra, a quien muchos veían como uno de los valores revolucionarios de futuro, por su condición de bisagra con la generación histórica, pone de relieve lo complicado del relevo dentro del sistema cubano.

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