Latinoamérica pide castigos ejemplares en sus carreteras
Unas 120.000 personas mueren cada año en la región en accidentes de auto
Las asociaciones iberoamericanas de víctimas de accidentes de tráfico se reunieron a principios de mes en la ciudad colombiana de Medellín (Colombia) para debatir sobre la violencia vial, una pandemia que acaba anualmente con 120.000 vidas y es la primera causa de muerte entre las personas menores de 45 años en esa región del mundo. Tras dos jornadas de trabajo, en las que se estudiaron las estrategias de países como Francia o España (que han logrado reducir las víctimas en carretera a la mitad) y se realizó un llamamiento a los Gobiernos y a la sociedad civil para que se impliquen en esta lucha, se firmó la denominada Declaración de Medellín, con una decena de ambiciosos objetivos.
Entre las prioridades de este grupo, formado por 15 asociaciones de 12 países (Colombia, Costa Rica, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Argentina, México, Chile, Brasil, Ecuador, Panamá y España), se encuentra el establecimiento de condenas "ejemplarizantes" y "castigos severos"
para los causantes de las "inaceptables consecuencias" de los "mal llamados accidentes de tránsito, uno de los principales problemas socio-económicos y de salud pública de Iberoamérica".
"Las actuaciones y formas de organización social en otros países han demostrado que los siniestros de tránsito son evitables", resume el texto.
Política de Estado
Los representantes de las víctimas de siniestros de circulación están convencidos de que la seguridad en calles y carreteras debe ser una política de Estado prioritaria, y reclaman la creación de observatorios a fin de poner en marcha acciones de prevención y poder contar con datos fiables de accidentes, fallecidos y heridos.
En el capítulo de control también exigen un sistema "riguroso y estricto" para obtener la licencia de conducción, más recursos para una movilidad segura, una mejora de las infraestructuras y un protocolo eficaz de atención sanitaria "inmediata". Pero sobre todo coinciden en la necesidad de castigos "severos" a los conductores irresponsables o temerarios "aunque sus actuaciones no hayan ocasionado" un siniestro. Los firmantes piden asimismo que cada país incluya en su código penal la tipificación de las conductas más peligrosas al volante, con "penas ejemplarizantes".
En el manifiesto, que se cierra con la idea de que "todas las personas fuimos, somos o podemos ser víctimas" de los accidentes de tráfico, también se anuncia la creación de la Federación Iberoamericana de Organizaciones contra la Violencia Vial. Éste es el segundo encuentro iberoamericano de este tipo; el primero se celebró en 2009 en Madrid.
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