Más cerca de los extraterrestres que del fin del mundo

Una simple búsqueda en Google de "2012" y "fin del mundo", sólo en español arroja cerca de 790.000 entradas. Referencias a las profecías mayas o a las de Nostradamus se enlistan junto con reportes de la NASA sobre una posible tormenta solar de grandes proporciones; investigaciones en la India sobre cambios en la polaridad de la Tierra, reflexiones bíblicas sobre el apocalipsis, testimonios de avistamientos alienígenas y, por supuesto, predicciones sobre invasiones extraterrestres. Agréguese a esta fórmula Hollywood y el cóctel de paranoia colectiva está listo para servirse.

De todas estas líneas apocalípticas, parece ser que las que tienen que ver con el Calendario Maya son las que más se repiten en las búsquedas, y también las más consultadas. No sé si por eso escogieron el tema como el argumento central de la película "2012" o viceversa, pero el hecho es que los mayas y su concepción del tiempo y de los ciclos tienen interesadísimo a medio mundo.

Los mexicanos empezamos a estudiar la cultura maya en el tercer año de la primaria. No hemos cumplido los diez años y ya nos hacen memorizar que su cultura tuvo tres periodos, que lo sabían todo sobre astrología, que conocían el cero y que nadie se explica por qué dejaron abandonada Chichén Itzá, hoy una de las nuevas maravillas del mundo. Vivimos y convivimos con sus descendientes directos, sobre todo en el sureste del país, y sabemos que son personas muy bajitas de estatura, de tez morena y cabeza grande, y que viven en lugares cuyos nombres son una pesadilla para cualquiera que esté estudiando geografía en la escuela porque son impronunciables y terminan en "c".

Por supuesto que esos estudios incluyen la maravilla del calendario maya y su exactitud, y nos cuentan que a diferencia de muchas otras culturas prehispánicas, los mayas se atenían a los ciclos solares y no a los de la Luna, y que sabían perfectamente que cada ciclo tenía 365 días y un cuarto, pero que a diferencia de las culturas occidentales, a los mayas no les interesó para nada corregir el asunto con lo de los años bisiestos.

Esta semana nos pareció interesante preguntarle precisamente a los mexicanos qué pensaban sobre todo este asunto de las predicciones mayas sobre el fin del mundo en el 2012, y a pesar de que siete de cada diez ha escuchado sobre el asunto, sólo 23% considera que hay que tomarse en serio esto de sus predicciones apocalípticas. El resto dice que es interesante pero nada para alarmarse, y algunos (25%) aseguran que no hay que hacer caso, que a los mayas cada quien los interpreta como quiere y conviene.

A los mexicanos el asunto de los mayas y el fin del mundo nos suena tan extraño, que son más (26%) los que creen que en el 2012 vamos a tener contacto con extraterrestres que los que dan por ciertas las supuestas predicciones del Calendario Maya.

Lo anterior no quiere decir que en México estemos exentos de la paranoia apocalíptica, al fin y al cabo aquí también tenemos cines. Según la encuesta que entregamos hoy a El País, el 33% está convencido de que los desastres naturales de los últimos tiempos son señales de que los humanos estamos cada vez más cerca de desaparecer de la faz de la tierra, y un 40% se confiesa al menos con alguna preocupación por este asunto del 2012 y el fin del mundo.

La verdad es que en México cuando escuchamos "2012" más que pensar en el fin del mundo lo que nos preocupa es la sucesión presidencial. Con una economía que no acaba de arrancar, la guerra contra el narcotráfico que cada vez se vuelve más sangrienta y una clase política que no atina a convencer a nadie, la sola perspectiva de las elecciones de Presidente de la República en el 2012 nos parece un peligro bastante más inminente que la visita de extraterrestres o posibles desastres naturales. ¿Habrá sido algo similar por lo que los mayas abandonaron Chichén Itzá?

NOTA METODOLÓGICA. Encuesta telefónica realizada el 28 de enero, considerando 500 entrevistas a personas mayores de 18 años seleccionadas mediante un muestreo aleatorio simple sobre el listado de teléfonos del país. Con el 95% de confianza, el error estadístico máximo que podría esperarse es del +/- 4.5