Europa lucha por salvar el avión para el transporte estratégico
El Airbus A400M se ha desviado de los objetivos presupuestarios y de calendario
La cita de los ministros de Defensa aliados en Estambul ha permitido otras reuniones paralelas, entre ellas la habida entre responsables de los siete países que luchan por fabricar un avión paneuropeo de transporte estratégico, el Airbus A400M. El proyecto se ha desviado insoportablemente en lo presupuestario y en el calendario: los 22.000 millones iniciales son ya más de 30.000 millones y los primeros aviones no se entregarán hasta 2013, en vez de la fecha inicial de 2009. La crisis económica, además, ha hecho que las previstas órdenes se hayan reducido sustancialmente. España, como socio del proyecto y presidente rotatorio de la UE, ha logrado en Estambul que se ratificara la voluntad política de seguir adelante con el A400M, pero deberá esperar a ver sobre la mesa las nuevas aportaciones financieras de cada cual.
"España no va a escatimar esfuerzos y ha propuestos hasta 2.000 millones de euros como aportación de los distintos países", ha declarado la ministra de Defensa, Carme Chacón. Junto a España son socios en el proyecto Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Luxemburgo y Turquía.
Aunque Chacón aventura que los socios están "cerca del fin de la negociación" su colega alemán no ha dado hoy esa impresión al declarar que si había voluntad política faltaba por detallar la delicada cuestión del reparto de cargas. Según él, el proyecto es lo suficientemente importante para la Unión Europea como para no precipitarse con los números. La ministra desearía tener el acuerdo cerrado para la reunión informal de ministros de Defensa de la UE a celebrar a finales de mes en Palma de Mallorca.
Para Chacón "es fundamental que el mismo esfuerzo que van a hacer los países lo haga la empresa y que financie la parte que le corresponde". EADS es el propietario de Airbus y se dice dispuesto a aportar 3.200 millones para tapar agujeros a cambios de que los Estados socios dediquen 4.400 millones. En juego están la independencia en el transporte estratégico de Europa y 40.000 empleos de alta cualificación.
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