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Irlanda del Norte consolida la paz con un histórico acuerdo entre sus dos extremos

El Ulster tendrá las competencias de Interior y Justicia el 12 de abril

De izquierda a derecha: el primer ministro británico, Gordon Brown; el ministro principal de Irlanda del Norte, Peter Robinson; el ministro principal adjunto, Martin McGuinness; y el primer ministro de Irlanda, Brian Cowen hoy tras la firma del acuerdo
De izquierda a derecha: el primer ministro británico, Gordon Brown; el ministro principal de Irlanda del Norte, Peter Robinson; el ministro principal adjunto, Martin McGuinness; y el primer ministro de Irlanda, Brian Cowen hoy tras la firma del acuerdoREUTERS

Irlanda del Norte ha dado hoy otro de sus ya habituales pasos "históricos" para consolidar la paz sellada en los Acuerdos de Viernes de Santo de 1998. El dominante Partido Unionista Democrático (DUP), la radical formación protestante que actualmente lidera Peter Robinson y antaño encabezara Ian Paisley, ha dado su apoyo esta madrugada a un acuerdo que permitirá transferir al Parlamento autonómico las competencias sobre Interior y Justicia. Tras varios días de debates internos, Robinson logró el apoyo unánime de sus parlamentarios al acuerdo que él mismo había sellado a principios de semana con los republicanos del Sinn Féin.

La transferencia, que dejará a la policía de Irlanda del Norte bajo el control político del Ejecutivo del Ulster en abril, fue de hecho pactada hace ya casi tres años en los acuerdos de Saint Andrews que permitieron restaurar la autonomía tras cuatro años de suspensión y la formación de un histórico ejecutivo encabezado por el DUP y el Sinn Féin, los dos extremos del arco parlamentario norirlandés. Pero su puesta en práctica quedó para más adelante, para permitir a la comunidad unionista tener más confianza y hacerse a la idea de que quizás algún día la misma gente que alimentó el terrorismo del IRA podría acabar controlando la policía.

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Pero los constantes retrasos unionistas, comparables a los que años antes se vivieron desde la otra acera del conflicto en torno al desarme del IRA, amenazaban ahora con bloquear de nuevo las instituciones autonómicas y provocar elecciones anticipadas, algo que por razones diversas no interesaba ni al DUP ni al Sinn Féin.

El acuerdo final debe ahora ser ratificado el 9 de marzo por la Asamblea de Irlanda del Norte. Antes, en un típico ejercicio de la delicada coreografía política del Ulster, los partidos presentarán candidatos para cubrir el cargo de ministro de Justicia, lo que permitiría designar como candidato ideal a un político de consenso, David Ford, líder del Alliance Party, una formación no sectaria que no distingue entre católicos o protestantes. Si todo va bien, Londres transferiría los nuevos poderes al Ejecutivo autónomo el 12 de abril.

En paralelo se pondrá en marcha la reforma de la comisión que actúa de mediadora en las disputas que rodean la celebración de las marchas orangistas de cada verano, foco de conflictos constantes entre ambas comunidades. La Asamblea Autónoma deberá aprobar una legislación específica antes de final de año a partir de una serie de directrices ahora pactadas.

Un nuevo comienzo

Los primeros ministros de Irlanda y Reino Unido han viajado hoy a Belfast para celebrar los acuerdos tras 10 días de difíciles conversaciones en las que Brian Cowen y Gordon Brown se implicaron personalmente. "Es un paso esencial para la paz, la estabilidad y la seguridad de Irlanda del Norte", ha dicho el irlandés. "Estamos cerrando el último capítulo de una historia larga y turbulenta y abriendo un nuevo capítulo para Irlanda del Norte", ha proclamado el británico.

El ministro principal y líder del DUP, Peter Robinson, ha admitido que los últimos días habían sido de "gran frustración en la comunidad pero habría aún más frustración si el acuerdo hubiera fracasado". "Nos enfrentamos a siglos de viejas dificultades. Si queremos tener éxito como Gobierno, tenemos que enseñar a las bases que somos capaces de trabajar juntos. La última cosa que queremos, cuando los ojos del mundo miran hacia nosotros, es fracasar", ha declarado el ministro principal adjunto y número dos del Sinn Féin, Martin MacGuinness.

Desde Washington, la secretaria de Estado Hillary Clinton se felicitó también del acuerdo: "Este es un sueño no sólo para Irlanda del Norte, sino más allá de sus fronteras, en todos los países y comunidades donde los conflictos étnicos y religiosos continúan". "Irlanda del Norte nos da esperanzas de que, a pesar de la encarnizada oposición y numerosos contratiempos, la diplomacia y el liderazgo comprometido puede superar generaciones de sospecha y hostilidad", ha dicho.

El acuerdo, sin embargo, fue rechazado por Jim Allister, líder de Voz Tradicionalista Unionista, que se opone a la colaboración del unionismo con el Sinn Féin. Y, sin embargo, el acuerdo existe en gran medida gracias a él: su nueva formación amenaza con dividir en tres el voto unionista y convertir al Sinn Féin en el primer partido de Irlanda del Norte y darle el derecho a encabezar el Ejecutivo. Ese era el principal argumento que tenía el DUP para evitar el colapso de la Asamblea y la convocatoria de elecciones anticipadas. Eso, o una precipitada fusión o acuerdo electoral con sus grandes rivales, el Partido Unionista del Ulster (UUP) que en tiempos liderara David Trimble.

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