La mafia invirtió en los negocios inmobiliarios de Berlusconi en Milán, según un testigo clave
Massimo Ciancimino, el hijo del ex alcalde de Palermo, revela que el Estado protegió al capo de Cosa Nostra, Bernardo Provenzano
Massimo Ciancimino, hijo del ex alcalde mafioso de Palermo, Vito Ciancimino, ha declarado hoy en la sala búnker de la cárcel de Palermo ante los jueces que investigan si hubo negociación entre el Estado y la mafia siciliana a principios de los años noventa. Ciancimino ha asegurado que su padre y otros capos de la mafia invirtieron dinero en Milano 2, el proyecto inmobiliario con el que un joven Silvio Berlusconi -eran los años setenta- empezó su triunfal carrera. "Mi padre estaba muy próximo a mafiosos que tenían una gran capacidad empresarial, como Salvatore y Antonino Buscemi y Franco Bonura. Juntos invirtieron dinero en un gran proyecto en la periferia de Milán que luego se conoció como Milano 2", ha dicho Ciancimino.
Niccolò Ghedini, abogado de Berlusconi y parlamentario del PDL, ha emitido una nota en la que afirma que las declaraciones de Ciancimino sobre Milano 2 son "del todo carentes de fundamento y de lógica" y anuncia una querella por difamación. "Todo el dinero empleado en el proyecto provenía de un origen absolutamente lícito", subraya Ghedini.
El hijo del político mafioso ha explicado que obtuvo esa información directamente de su padre y a través de la lectura de sus agendas. Su testimonio se basa en su experiencia personal (trabajó como secretario de confianza con su padre) y en los documentos que el político depositó en diversas cajas fuertes antes de morir en 2002.
Ciancimino ha afirmado además que el capo siciliano Bernardo Provenzano estaba protegido por un acuerdo alcanzado entre la mafia y los servicios secretos en el que medió su padre. "Provenzano disfrutaba de inmunidad gracias a ese pacto. Era fugitivo, pero se movía libremente, no podía ser arrestado".
Interrogado por los fiscales Antonio Ingroia y Nino di Matteo, el testigo ha confesado que era él mismo el correo que entregaba y recibía los pizzini (papelitos) que se intercambiaban su padre y Provenzano, y ha subrayado que vio numerosas veces al capo en el apartamento romano de su padre cuando éste estaba en arresto domiciliario, entre 1999 y 2002. "Conozco a Bernardo Provenzano de siempre, desde mi infancia", ha dicho. "Mi padre le conocía de mucho tiempo atrás porque eran vecinos en Corleone. Mi padre le dio clases de matemáticas cuando Provenzano era joven, y siempre le trataba de tú. Provenzano le llamaba ingeniero, aunque nunca terminó la carrera".
'Papelitos' destruidos
Su padre, ha revelado Massimo Ciancimino, "tenía especial cuidado con los pizzini; los tiraba al water, los quemaba o los partía en pedacitos. A menudo hacía fotocopias porque temía que pudiesen encontrar sus huellas; cuando escribía solía ponerse guantes".
En el proceso de Palermo están acusados de favorecer a Cosa Nostra dos altos jefes de los carabineros, el general Mario Mori y el coronel Mauro Obinu, imputados por no haber detenido a Provenzano, pudiendo hacerlo gracias a un soplo, el 31 de octubre de 1995.
Según Ciancimino, la negociación entre los servicios secretos y Cosa Nostra empezó a fraguar entre mayo de 1992 (fecha del asesinato del juez Falcone) y la captura de Totò Riina en enero de 1993, y su padre y Provenzano participaron en ese pacto.
El acuerdo preveía el fin de la onda de atentados a cambio de algunos beneficios para los capos mafiosos. Según la fiscalía de Palermo, el pacto secreto entre la cúpula de Cosa Nostra y una parte de las instituciones permitió a Provenzano mantenerse en libertad hasta el 11 de abril de 2006.
Ciancimino ha contado además que la mafia siciliana tenía a su servicio desde los años ochenta a un alto magistrado, en concreto el entonces presidente de la Sala Primera de lo Penal del Tribunal Supremo Corrado Carnevale. "En 1990, mi padre consiguió anular una orden de detención emitida por el juez Grillo contra él gracias a los contactos que tenía en el Supremo", ha dicho Ciancimino.
Carnevale es un juez siciliano que según Gaspare Mutolo, un colaborador de la justicia, tenía una relación especial con el ex líder democristiano Giulio Andreotti. Condenado por asociación mafiosa en 2001 tras anular cerca de 500 sentencias contra miembros de Cosa Nostra (era conocido como 'El Matasentencias'), Carnevale acabó siendo absuelto en el Supremo por falta de pruebas. Gracias a una norma aprobada en 2003 por el Gobierno Berlusconi, se reintegró a la carrera, y hoy ejerce como juez de la sección civil.
La Fiscalía de Palermo ha incluido en el sumario la documentación entregada por Massimo Ciancimino. Entre otras, el célebre papello con la lista de peticiones que hizo Totò Riina al Estado; algunos pizzini atribudos a Provenzano y dirigidos a don Vito Ciancimino, y 47 hojas escritas a mano por el alcalde y concejal de obras públicas que pasó a la historia como autor del Saqueo de Palermo (concedió millares de permisos de construcción a empresas de Cosa Nostra).
Vito Ciancimino conocía "naturalmente" a Totò Riina, ha afirmado su hijo, aunque no le tenía especial estima: "Se conocían desde jóvenes. Siempre tuvieron una relación tensa. Mi padre prefería a Provenzano".
El testigo ha recordado que su padre hacía esperar a Riina cuando lo visitaba y que rechazaba sus regalos "porque creía que daban mala suerte".
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