El jefe mafioso Filippo Graviano desmiente a Spatuzza
El capo de Brancacio afirma ante los jueces de Palermo que no conoce a Marcello Dell'Utri
El capo de la mafia Filippo Graviano, ex jefe de la familia de Brancaccio (Palermo) junto a su hermano menor, Giuseppe, ha declarado este viernes en el juicio de apelación por asociación mafiosa que se sigue contra el senador Marcello Dell'Utri, cofundador de Forza Italia junto a Silvio Berlusconi y patrón de Publitalia, condenado a nueve años en primer grado por asociación mafiosa.
Graviano, de 48 años, negó las declaraciones que Gaspare Spatuzza, su ex brazo derecho, hoy arrepentido y colaborador de la justicia, hizo el viernes pasado en el tribunal de Turín. Spatuzza había sostenido que Filippo Graviano, estando encarcelado en Tolmezzo, le dijo en 1994 que si los que tenían que moverse no se movían y cumplían sus promesas (en referencia a Dell'Utri), era justo que empezaran a hablar con los jueces.
El mayor de los Graviano rebatió esa afirmación: "Nunca pude decirle esas cosas a Spatuzza", ha afirmado. Según ha explicado, cuando fue arrestado en 1994 le quedaban solo cuatro meses de cárcel por cumplir: "No tenía problemas y nadie debía prometerme nada".
Además, el capo ha negado secamente haber conocido o mantenido relaciones, directa o indirectamente, con Dell'Utri, y ha asegurado que nunca ha buscado "atajos" para negociar posibles beneficios de pena con el Estado, aunque lleva "diez años poniendo la legalidad en lo más alto de la escala de valores".
Metido en su papel de irreductible, Graviano ha negado incluso conocer a Salvatore Spataro, uno de los capos con los que estaba cenando la noche de su arresto en un restaurante de Milán, en enero de 1994. Años más tarde, el boss fue condenado a cadena perpetua como responsable de los atentados mafiosos de 1992 y 1993 junto su hermano Giuseppe.
Éste, que también había sido citado como testigo por los jueces para contrastar las palabras de Spatuzza, declinó declarar alegando razones de salud. Su abogado explicó: "Es un muerto en vida, está alienado completamente y no ganaría nada testificando. Eso me ha dicho".
Durante una pausa de la vista, celebrada de nuevo en Palermo tras la extraordinaria sesión de Turín, Dell'Utri ha manifestado a los periodistas estar "cansado" del proceso. "Quiero que me comuniquen ya la sentencia", ha implorado, "tengo los nervios rotos".
Tras oír declarar a Filippo Graviano a su favor, Dell'Utri, quizá olvidando que se trata del hombre que ordenó asesinar a los jueces Falcone y Borsellino, ha afirmado eufórico: "Estoy maravillado por la dignidad y compostura de este señor. Es un verdadero arrepentido y una persona seria".
Cosimo Lo Nigro, otro capo que según Spatuzza asistió a un encuentro con Giuseppe Graviano en el que éste habría afirmado que Dell'Utri y Berlusconi "habían puesto el país a los pies" de Cosa Nostra, desmintió al arrepentido diciendo que solo había conocido a los Graviano en la cárcel.
La sentencia de primer grado contra Dell'Utri, dictada en 2004 a partir de una treintena de testimonios de arrepentidos de mafia, consideró probado que el senador siciliano "mantuvo relaciones durante cerca de treinta años" con Cosa Nostra.
En realidad, Spatuzza se ha limitado hasta ahora a confirmar la versión de un arrepentido anterior, Antonio Giuffrè, quien aseguró que los hermanos Graviano y Dell'Utri eran intermediarios entre la mafia y Silvio Berlusconi.
La reacción del primer ministro ha sido hoy de alivio e ironía. "¿Qué os puedo decir? Estamos en plena comedia. ¿Qué os esperabais? Eran todo charlas, falsedades", ha señalado Berlusconi sonriendo.
Desde la oposición, Masimo D'Alema comentó que parece lógico que Graviano desmienta a su lugarteniente: "Spatuzza es un arrepentido, Graviano no. Si un arrepentido hace revelaciones sobre su jefe es difícil que éste las confirme".
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