Un atentado contra un tren provoca más de 26 muertes en Rusia
El convoy, que cubría el trayecto de Moscú a San Petersburgo, llevaba 661 pasajeros cuando descarriló por la explosión.- Este sábado por la mañana explotaba un artefacto de menor potencia sin causar heridos
El Nevski Express, el tren que más rápido une Moscú y San Petersburgo, descarriló este viernes por la noche a causa de atentado terrorista. El primero en confirmarlo fue el portavoz del Comité Investigador de la Fiscalía General rusa, Vladímir Markin. En el lugar del accidente, afirmó Markin que se han encontrado "elementos de un artefacto explosivo". El atentado ha contado con un segundo acto este sábado. Según ha confirmado el portavoz de la compañía rusa de ferrocarriles, Vladimir Yakunin, a las dos de la tarde (las doce del mediodía en horario peninsular español, ha estallado un artefacto de menor potencia cerca del lugar del primer atentado, informa Reuters.
Esta segunda explosión no ha causado víctimas, según las primeras informaciones, a diferencia del atentado del viernes, que ha dejado decenas de muertos y heridos. Diferentes fuentes dan entre 26 y 39 personas fallecidas a raíz de la explosión y el descarrilamiento del tren y elevan en torno a un centenar el número de personas heridas. El atentado es el segundo que se realiza contra este tren expreso: en agosto de 2007 hubo un accidente similar, del que se culpó a los separatistas chechenos.
La tragedia se produjo el viernes, a eso de las nueve y media (las siete y media en España peninsular), en las cercanías de la ciudad de Bologoye, cuando el tren iba a una velocidad de 200 kilómetros por hora. Las sospechas de que se podía tratar de un atentado surgieron prácticamente de inmediato, ya que en el lugar del accidente se encontró un cráter de cerca de un metro de diámetro y algunos pasajeros aseguraban haber oído una explosión antes del descarrilamiento. El maquinista ha declarado, por su parte, que la bomba explotó justamente bajo la locomotora, lo que causó la brusca frenada que sintieron los pasajeros y que motivó el descarrilamiento de los tres últimos vagones. Sin embargo, según otros testimonios, la explosión se habría producido aproximadamente bajo el noveno vagón.
En un primer momento se creía que el accidente podría haber sido causado por un corte de corriente, pero la compañía de electricidad asegura que no hubo corte alguno en la línea del ferrocarril. El tren constaba de 13 vagones de pasajeros y un vagón-restaurante; se habían vendido 661 billetes, 204 de los cuales correspondían a los vagones que descarrilaron.
El director del Servicio Federal de Seguridad, Alexandr Bórtnikov, informó al presidente Dmitri Medvédev sobre los detalles de la investigación en curso; en particular, le dijo que la bomba había sido de una potencia equivalente a siete kilogramos de trinitrotolueno o TNT. La fiscalía general, por su parte, abrió una causa criminal por los delitos contemplados en los artículos 205 del Código Penal ruso (terrorismo) y 222 (tráfico ilegal de armas y explosivos).
Vladímir Yakunin, presidente de la compañía Ferrocarriles de Rusia que se desplazó inmediatamente al lugar del accidente, señaló que "la explosión se hizo siguiendo un esquema muy parecido" al atentado de agosto de 2007. En aquella ocasión, sin embargo, no hubo muertos y unas 60 personas resultaron heridas. La cifra de víctimas mortales que ha causado el nuevo atentado no ha sido determinada con exactitud, y aunque el Ministerio de Situaciones de Emergencia reconocía solo 26, la mayoría habla de cerca de 40 muertos. Entre el centenar de heridos hay varios en estado grave.
Los órganos de seguridad y la policía deberán determinar en primer lugar si se trata nuevamente de un atentado organizado por la guerrilla fundamentalista chechena o por algún otro grupo, por ejemplo, de nacionalistas extremistas.
La conexión ferroviaria entre las dos ciudades más importantes de Rusia ha quedado paralizada la mayor parte del día. Algunos de los otros trenes que unen Moscú y San Petersburgo se han visto obligados a suspender los viajes, mientras que el resto ha optado por vías alternativas, más largas, y han tenido muchas horas de retraso. Para paliar la situación, Aeroflot ha aumentado sus vuelos y ha puesto aviones más grandes para cubrir la ruta entre la actual capital rusa y la antigua.
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