La reforma sanitaria de EE UU pasa la primera prueba del Senado
Los demócratas logran reunir los 60 votos necesarios para iniciar el debate del proyecto de ley
El proyecto de ley sobre la reforma sanitaria en Estados Unidos presentado el pasado miércoles por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ha pasado la primera prueba de fuego. En la votación celebrada este sábado (madrugada del domingo en España) el texto de Reid ha conseguido el apoyo de 60 de los 100 senadores presentes, el mínimo necesario para dar comienzo al debate del proyecto de ley. Un debate que puede durar semanas, si no más. "La batalla no ha hecho nada más que comenzar", ha advertido el líder de los republicanos en la Cámara alta, Mitch McConell.
En la votación ha sido crucial el apoyo de las senadoras Blanche Lincoln y Mary Landrieu, demócratas independientes, que no habían expresado en público su postura sobre la votación hasta horas antes de la sesión extraordinaria de este sábado. De los 40 republicanos presentes en el Senado, 39 se opusieron y uno se abstuvo.
Esta última revisión de la reforma sanitaria, una de las prioridades en la agenda del presidente Barack Obama, prevé extender la cobertura médica a unos 30 millones de estadounidenses y lograr una reducción del déficit en los próximos diez años. El coste de este plan se estima en casi 850.000 millones de dólares (unos 568.000 millones de euros) y ha pasado el escrutinio de la independiente Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, siglas en inglés).
El plan del Senado obliga, por primera vez, a los estadounidenses a tener un seguro médico e impone multas a las aseguradoras que nieguen cobertura a personas con condiciones médicas preexistentes. Además, establece fondos valorados en cientos de miles de millones de dólares para subsidiar y ayudar a aquellos con bajos ingresos que no se pueden permitir cobertura sanitaria. La ley, cuya fecha de inicio está prevista para 2014, incluye la llamada "opción pública", aquella con la que el Gobierno puede competir con las aseguradoras privadas pero que también permitirá que los gobiernos estatales se abstengan de participar en el programa.
El debate comenzará a partir del 30 de noviembre, tras tras las festividades del Día de Acción de Gracias, y se prevé que dure varias semanas. Después, el texto deberá superar aún la comparación con la versión aprobada por la Cámara de Representantes hace dos semanas, y las diferencias que aparezcan deberán limarse antes de someter a voto, en ambas cámaras, las versiones finales de la reforma. Sólo entonces, si recibe la aprobación, será enviada a la Casa Blanca para recibir la firma de Obama.
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