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"¡Quiero ser libre!"

Moncayo, secuestrado por las FARC, pide a Uribe que facilite su liberación

El soldado Pablo Emilio Moncayo ha vagado cinco meses por la selva con sus carceleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Así ha sido desde el pasado 16 de abril, cuando la guerrilla anunció que lo liberaría de manera unilateral. Desde entonces, lo separaron del grupo de compañeros de cautiverio, y desde entonces el miedo ha sido permanente por la cercanía del Ejército. Un vídeo entregado este jueves como prueba de supervivencia da cuenta de lo ocurrido en estos meses.

Pablo Emilio, agotado y emocionado, dice frente a la cámara: "Señor presidente [Álvaro] Uribe, quiero ser libre". Insiste, con más fuerza: "Abra la puerta, por favor; ¡quiero ser libre!". Hasta la semana pasada, el Gobierno colombiano se había negado a aceptar la única condición impuesta por los guerrilleros: que a su liberación acudieran la senadora de la oposición Piedad Córdoba y el padre del secuestrado. La semana pasada cedió.

Pablo Emilio tiene 30 años y ha pasado casi 12 secuestrado. Se lo llevaron el 21 de diciembre de 1997, en un ataque a un puesto de comunicaciones en lo alto de una montaña al sur del país. Junto a su compañero, el cabo José Libio Martínez, son los rehenes que más tiempo han pasado en poder de las FARC.

"Me duele ver a mi hijo así"

Su padre, Gustavo, un profesor de geografía, decidió en 2007 amarrarse cadenas al cuello y caminar durante 46 días los 850 kilómetros que separan a su pueblo, Sandaná, de Bogotá. Todo, para exigir la libertad de su único hijo varón. Desde entonces es conocido con cariño como el Caminante por la paz.

En el vídeo, Pablo Emilio se dirige a su padre con agradecimiento por lo que ha hecho por él y por los otros 23 policías y militares que permanecen cautivos por las FARC en calidad de canjeables: los guerrilleros condicionan su liberación a cambio de la puesta en libertad de sus combatientes encarcelados. "Me duele ver a mi hijo en esas condiciones", dijo el profesor Moncayo. Hacía año y medio que no sabía nada de él.

Según la senadora Córdoba, Pablo Emilio podría estar libre en menos de un mes. Con él puede ser liberado José Daniel Calvo, un militar que fue secuestrado el 20 de abril de este año. Se espera que cumplan también con la promesa de entregar el cadáver del mayor Julián Guevara, que murió en cautiverio en 2006 a los 41 años, tras permanecer siete en poder de las FARC. Distintos grupos de la sociedad colombiana han exigido tanto a la guerrilla como al Gobierno colombiano que cedan en sus duras posiciones y permitan la libertad de todos los secuestrados. Hace unos días, en otra prueba de vida, varios de ellos aparecían demacrados y encadenados, enviando mensajes esperanzadores a sus familias. En este país de 44 millones de habitantes hay un clamor general: el secuestro como herramienta política debe terminar.

Una caravana por la libertad

V.C., Madrid

De Madrid hasta el Vaticano. Una caravana de motos recorrerá 5.000 kilómetros y hará paradas en 10 ciudades de España, Francia e Italia para exigir la liberación de todos los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). "Tras la liberación de Ingrid Betancourt, la comunidad internacional se olvidó de los que siguen secuestrados", explicó este jueves en Madrid el periodista Herbin Hoyos, director del programa Las voces del secuestro, que transmite mensajes de los familiares de los rehenes.

"Hace un año liberaron a 15, pero hay otros 23 canjeables en poder de las FARC. Además, hay unos 3.000 secuestrados civiles que permanecen cautivos", recordó.

Hoyos añadió que espera que la caravana convoque a por lo menos 1.000 participantes. Los organizadores tienen una cita en París el 9 de noviembre con el presidente francés, Nicolas Sarkozy y el alcalde de la ciudad, Bertrand Delanoe. Los organizadores esperan también reunirse con el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero y con el papa Benedicto XVI. Unas 200 personas viajarán desde Colombia para participar en la marcha, entre ellos algunos ex secuestrados, incluso unos de los liberados en la Operación Jaque de julio de 2008. Ingrid Betancourt no participará porque está en Canadá, precisó Hoyos.

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