La OEA debate la reincorporación de Cuba en su asamblea anual
Insulza pide que no se hagan hipótesis sobre la vuelta de la isla al organismo
La Organización de Estados Americanos (OEA) quiere cerrar una herida que dura ya casi medio siglo. La mayoría de los 34 países miembros reunidos desde ayer en San Pedro Sula (Honduras) desean que Cuba se reincorpore al organismo. La isla ha mandado señales de desdén y Estados Unidos -causante de la expulsión cubana en 1962- ha dado el visto bueno al retorno, pero pide que antes se cumplan algunas condiciones democráticas.
Como ya ocurrió en la Cumbre de las Américas del pasado mes de abril, la isla, gobernada por los hermanos Castro desde hace más de 50 años, ha acaparado la atención de la reunión a la que asisten los cancilleres, a pesar de no estar representada, y ha dejado en un segundo plano el tema original de la agenda, Hacia una cultura de la no violencia.
Que la reincorporación de Cuba acapare la atención no ha pillado, sin embargo, a nadie por sorpresa en San Pedro Sula. Hace semanas se creó un grupo de trabajo que pretendía lograr una postura de consenso ante la reunión. El secretario general del organismo, José Miguel Insulza, pidió ayer que no se hicieran apuestas sobre si habrá o no en el transcurso de la tarde-noche (madrugada española) una votación sobre este caso. La postura de permitir el reingreso de Cuba contaba con el apoyo suficiente.
"Esperamos el día en que Cuba se pueda unir a la OEA, pero creemos que el ser miembro de la misma debe estar acompañado de responsabilidades", dijo en un desayuno ante cancilleres del Caribe la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, según la agencia de noticias AP.
En el mismo discurso, Clinton agregó que los países tienen el compromiso de defender los estándares democráticos "que tanto progreso han traído al hemisferio".
Para terminar de complicarle el panorama a la Administración Obama, la víspera del encuentro de Honduras Estados Unidos volvió a quedarse solo en el rincón de los que no mantienen una relación normal con la isla, ya que el recién elegido presidente salvadoreño, Mauricio Funes, restableció la diplomacia con el régimen castrista.
El domingo, el diario The Washington Post criticaba en un editorial a los países de la región por no cumplir los propósitos para los "cuales fue creada la OEA" al preferir abordar el caso de Cuba antes que pensar en la "amenaza" que representa el régimen de Hugo Chávez. México y Argentina, se lamentaba el diario, quieren quedar bien con sus votantes de izquierda, mientras que "incluso Gobiernos democráticos como los de Brasil y Chile callan sobre Chávez y piden el retorno de Cuba".
Peter Hakim, presidente del influyente think tank The Interamerican Dialogue, dijo a EL PAÍS que la estrategia de las naciones latinoamericanas de exigir más flexibilidad a Estados Unidos podría ser contraproducente.
"Es lógico que EE UU busque posponer una decisión en este tema, ya que la Administración Obama no está lista para lidiar con las consecuencias políticas de esto en casa, necesita un poco más de tiempo. Si los países latinoamericanos presionan demasiado podría ser contraproducente y le harán más difícil a Obama restablecer relaciones normales con Cuba", señaló Hakim vía telefónica. "América Latina, durante ocho años, dejó solo a Bush en esto. Ahora, en cuatro meses, quieren que Obama cambie una política de 47 años, no tiene sentido", agregó.
En San Pedro Sula, los cancilleres se disponían a discutir la resolución, que requería de 23 votos para ser aprobada. El final era incierto. "Cuando el partido de fútbol se juega el mismo día no es bueno hacer un pronóstico en la mañana, porque en la noche puede ser que esté equivocado", dijo Insulza, según Reuters.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.