Corea del Norte insiste en su desafío y lanza dos nuevos misiles balísticos
Pyongyang dice estar preparada para responder a cualquier intento "temerario" de ataque procedente de EE UU
Corea del Norte mantiene su desafío nuclear. Lejos de amedrentarse ante el clamor internacional por la prueba atómica llevada a cabo ayer al noroeste del país, el régimen comunista norcoreano ha lanzado esta noche dos nuevos misiles balísticos de corto alcance en su costa oriental, que se suman a los tres de ayer, según fuentes oficiales surcoreanas citadas por la agencia Yonhap.
Las autoridades surcoreanas han vuelto a dar la voz de alarma ante la amenaza atómica de su vecino. El país comunista previamente había prohibido la navegación en aguas de su costa del 25 al 27 de mayo, por lo que Seúl temía que pudiesen ejecutar nuevas maniobras en torno a la zona occidental pero los misiles han sido lanzados en la costa oriental hacia el Mar del Este (Mar de Japón).
Fuentes de la defensa surcoreana consideran que Corea del Norte tiene en total unos 800 misiles, entre ellos algunos de largo alcance Taepodong, como el que lanzó en 2006. Al mismo tiempo, se calcula que tiene suficiente plutonio para fabricar entre 6 y 12 pequeñas bombas atómicas.
En las últimas horas, Pyongyang ha mandado un mensaje muy claro y contundente al resto de la comunidad internacional. El Ejército y el pueblo norcoreanos están preparados para una batalla contra cualquier intento de "ataque preventivo" por parte de EE UU y sus aliados, recogía hoy el diario del Partido de los Trabajadores norcoreano, Rodong Sinmun, citado por la agencia KCNA.
El rotativo norcoreano agrega que EE UU lleva a cabo actividades militares de relevancia contra el país comunista, en referencia, entre otras, a las maniobras realizadas conjuntamente en marzo por Seúl y Washington en la península coreana. El régimen norcoreano ha acusado al actual Ejecutivo estadounidense de seguir "los mismos pasos" del anterior presidente, George W. Bush, de "una política militar aplastante" contra su país.
Prueba nuclear
Ayer Pyongyang anunció la ejecución con éxito de un ensayo nuclear subterráneo, el segundo después de la prueba realizada en octubre de 2006 y que le acarreó sanciones internacionales. Según la agencia estatal KCNA, Pyongyang asegura que esta última ha sido más potente que la anterior, "con un nivel superior en términos de poder explosivo y tecnología". El régimen justifica estos ensayos "como parte de sus medidas para fortalecer su disuasión nuclear".
Poco después de la detonación nuclear, Corea del Norte disparó tres misiles de corto alcance tierra-aire supuestamente para expulsar de su espacio aéreo a presuntos aviones de reconocimiento estadounidenses que investigaban la zona donde previamente se había realizado un ensayo nuclear.
El desafío de Kim Jong-il añade más incertidumbre a un proceso de desnuclearización que sigue prolongándose. Un constante tira y afloja entre Pyongyang y Washington, en el que han mezclado sucesivamente la imposición de sanciones con la concesión de ayudas, hasta ahora con poco éxito. Los expertos consideran que el régimen comunista busca reforzar su posición ante EE UU con vistas a una negociación para el desmantelamiento nuclear, que se encuentra paralizada desde diciembre, y enaltecer la imagen del líder Kim Jong-il dentro del país más secreto del mundo ante su futura sucesión.
Condena internacional
Rusia ha asegurado que es "inevitable" que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe una resolución contundente contra Corea del Norte porque está "en juego" la propia reputación del organismo. Por su parte, el Consejo de Seguridad, reunido de urgencia ayer por la noche en Nueva York, ha condenado la prueba nuclear y trabaja ya para la consecución de una resolución.
Las maniobras norcoreanas han levantado una ola de indignación en todos los Gobiernos occidentales y también entre aquellos países que tradicionalmente son reacios a condenar a Pyongyang. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recordó ayer a su homólogo surcoreano, Lee Myung, el "compromiso inequívoco" que adpotó Washington de defender su país de la amenaza norcoreana, tras el ensayo balístico nuclear realizado este lunes por Pyongyang y el lanzamiento de tres misiles contra presuntos aviones espía estadounidenses. Horas antes, Obama pidió una respuesta internacional al desafío norcoreano.
En una conversación telefónica, Obama y Lee acordaron "trabajar de forma conjunta para respaldar la resolución de condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con medidas concretas para acabar con las actividades nucleares norcoreanas", ha informado la Casa Blanca en un comunicado.
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