El estrés pudo ser el detonante de la matanza de soldados de EE UU en Irak
Los superiores del sargento John M. Russell, autor del asesinato de cinco compañeros en una base militar en Irak, le habían enviado varias veces a que recibiera tratamiento psicológico
El sargento del Ejército de EE UU imputado por el asesinato de cinco compañeros en un tiroteo ocurrido este lunes en la base norteamericana de Camp Liberty, en Irak, pudo haber obrado como consecuencia del estrés, según han afirmado fuentes oficiales del Ejército estadounidense.
Los hechos ocurrieron en una clínica donde reciben tratamiento las tropas que sufren estrés postraumático y problemas psicológicos causados por el combate, cuando el sargento John M. Russell entró en el recinto con un arma y mató a cinco compañeros. El episodio es el más sangriento entre tropas estadounidenses desde el comienzo de la guerra. El sargento implicado fue acusado de asesinato y de agresión con agravantes.
Los fallecidos son dos oficiales que formaban parte de personal de la clínica y tres soldados que se encontraban en ella. El portavoz del Ejército, el general David Perkins, no ha aclarado si los efectivos se encontraban allí recibiendo tratamiento, asegura el rotativo The New York Times en un artículo.
Perkins ha señalado que los oficiales superiores del sargento Russell le habían confiscado su arma y enviado a orientación psicológica, presumiblemente debido a su estado mental. Aún está sin aclarar cómo consiguió una nueva arma.
Los sucesos han provocado varias investigaciones en torno a las circunstancias que rodearon al ataque y al tratamiento psicológico que reciben los soldados, ha afirmado Perkins. Uno de cada seis soldados que vuelven de Irak presentan desórdenes post-traumáticos, según un estudio publicado por The New England Journal of Medicine en 2004.
Día negro para los militares de EE UU
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró tristemente sorprendido por los asesinatos de este lunes y ha demandado una investigación completa sobre lo ocurrido, ha asegurado la Casa Blanca. "Está obviamente muy apenado por las noticias", ha señalado el portavoz del gobierno estadounidense Robert Gibbs. "Está decidido a presionar para asegurar que entendemos exactamente qué pasó".
Es el suceso más sangriento para las tropas estadounidenses en un único día desde el pasado 10 de abril, cuando cinco soldados fallecieron como consecuencia de un atentado con coche bomba en Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad. En el atentado murieron también tres policías iraquíes.
El pasado 2 de mayo dos soldados estadounidenses murieron después de que un atacante vestido con uniforme del Ejército iraquí abriese fuego también cerca de Mosul. Un total de 13 soldados del Ejército de EE UU han muerto en combate durante el pasado mes de abril.
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