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Piratas somalíes dejan en libertad un barco yemení

Las autoridades de Somalia aseguran que no se ha pagado rescate por el buque, secuestrado la semana pasada

El buque yemení secuestrado la semana pasada por piratas somalíes ha sido liberado hoy sin que se haya pagado rescate, ha informado el armador del barco, Atas Abud. La liberación se ha producido tras largas negociaciones entre las autoridades regionales, ancianos de las tribus y los piratas. El Irina sigue atracado en el puerto de Eyl, en el noroeste de Somalia, aunque está previsto que lo abandone a lo largo de hoy o mañana, ha explicado el dueño de la embarcación.

Abud ha confirmado que los dos piratas que aún permanecían en la embarcación, de los diez que llegaron a estar a bordo, abandonaron la nave la tarde de ayer. Abud ha subrayado que no se ha pagado "rescate alguno para la liberación del barco y de la tripulación", aunque la Autoridad Marítima de Yemen había asegurado que los captores exigían dos millones de dólares a la constructora yemení propietaria del barco. Sin embargo, el armador ha detallado que ésta se ha producido gracias a la presión ejercida por los líderes tribales somalíes y los ancianos de la zona.

El Irina transporta 570 toneladas en material de construcción. Fue secuestrado la semana pasada cuando navegaba rumbo a la isla de Socotra, a 550 kilómetros de las costas yemeníes, tras haber partido del puerto de Mukala, en el sureste del país.

Desde principios de año, más de 80 embarcaciones han sido asaltadas en África. Las aguas del golfo de Adén, frente a las costas somalíes, están consideradas como las más peligrosas del mundo junto a las de Nigeria, y han desplazado del primer puesto al estrecho de Malaca, situado entre Malasia e Indonesia, que durante años había sido la ruta de mar más insegura.

Entre los barcos secuestrados se encuentran el petrolero saudí Sirius star que llevaba una carga de crudo valorada en 100 millones de dólares, y el carguero ucraniano MV Faina que transportaba 30 tanques soviéticos.

Este aumento de los ataques en el transitado golfo africano y el océano Índico ha provocado el encarecimiento de los seguros, ha permitido que los secuestradores consigan decenas de millones de dólares en rescates y ha hecho que barcos de guerra extranjeros formen una fuerza común para patrullar el área en persecución de los piratas.

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