El estudiante finlandés mató a nueve alumnos y al profesor que debía examinarle
Los cuerpos de las víctimas de Matti Juhani Saari han sido trasladados a Helsinki para ser identificados por pruebas de ADN, ya que están carbonizados
Los cuerpos de las víctimas de Matti Juhani Saari, el joven estudiante que ayer mató a 10 personas en un centro escolar de Kauhajoki (Finlandia), han sido trasladados hasta la capital, Helsinki para su identificación mediante pruebas de ADN, ya que el asesino prendió fuego a los cadáveres y están calcinados. Por el momento, sólo se sabe que los fallecidos son ocho chicas, un chico y un profesor de la escuela de formación profesional donde se produjo la tragedia.
"Por ahora recogemos las huellas digitales y muestras de ADN que puedan ser útiles a los forenses de medicina legal, pues los cuerpos no han sido identificados debido a la gravedad de sus quemaduras", ha manifestado el jefe de la investigación, el comisario Jari Neulaniemi, en una rueda de prensa en la pequeña ciudad finlandesa. Según Neulaniemi, los familiares de las víctimas han sido informados, pero la entrega de los cuerpos no podrá realizarse antes del fin se semana.
Las víctimas son ocho chicas, un chico y el profesor que custodiaba el examen de Actividades Empresariales, al cual el pistolero Matti Juhani Saari debería haber acudido.
Respecto a la pregunta crucial -¿por qué la policía no requisó el arma durante el interrogatorio al asesino la víspera de la matanza?- el comisario ha respondido de forma escueta: "Ésa es una investigación al margen de la nuestra y que lleva a cabo el Ministerio de Justicia."
El país ha amanecido con su bandera a media asta en señal de duelo, y las muestras de consternación son múltiples.
Alto índice de depresión
El Instituto de Seguridad Social, junto con la Universidad de Helsinki, han publicado esta mañana una investigación que asegura que el 15% de los chicos de 15 a 22 años padecen problemas psíquicos que no siempre encuentran los canales adecuados para su medicación. "Los transtornos más comunes son la depresión y el sentido de abandono. En muchos casos estos síntomas se canalizan hacia la violencia. Estamos demasiado preocupados en exigirles a nuestros jóvenes metas que no siempre están de acuerdo con sus personalidades", dice Salli Saari del Instituto de Seguridad Social.
En la misma dirección apunta el Helsingin Sanomat, principal periódico del país, que por una vez ha reemplazado su particular primera página de publicidad por una foto de una mujer encendiendo unas velas frente al colegio de la matanza, y con una pregunta: "¿ Por qué?"
Su editora en jefe, Reeta Meriläinen, escribe que "Finlandia debe ahora mirarse en el espejo. El sistema de vida finlandés marcha a pasos agigantados pero acompañados de una severa ceguera. Nos haría muy bien detenernos y preguntarnos "¿hacía dónde vamos?" y también sería bueno ver quién se nos cae a mitad de camino".
Por su parte, el académico Matti Lehti del Instituto de Derecho Político ha asegurado esta mañana que "las tragedias causada por Matti Saari y Pekka-Eric Auvinen -el estudiante que hace poco menos de un año acabó con ocho compañeros de Instituto en Tuusula-, con seguridad serán copiadas en el futuro próximo". Los dos pistoleros, que acudieron a Internet para dejar sus fatídicos mensajes, causaron 20 víctimas mortales en dos matanzas en menos de un año.
Esta mañana un colegio con 500 alumnos en el pequeño municipio de Joroinen, a 250 kilómetros al noreste de Helsinki recibió una amenaza de bomba, por lo cual los alumnos fueron devueltos a casa. Tras una rigurosa inspección la policía asegura no haber encontrado ningún material explosivo.
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