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El espía marroquí que se codeó con la princesa Máxima

Escándalo en Holanda tras descubrirse que el espionaje de Marruecos reclutó a un policía

Re Lemhaouli, el espía de Marruecos, se sentó en la primera fila del salón de actos entre le princesa Máxima, esposa del príncipe de Orange, y el ministro de Juventud y Familia, el calvinista André Rouvoet. Para él ese día de febrero era un momento estelar. Cincuenta y siete chavales, muchos de ellos de origen marroquí, iban a recibir diplomas como personal de tierra del aeropuerto de Rótterdam.

El programa de integración de jóvenes inmigrantes con fracaso escolar, en el que colaboraba Lemhaouli, de 38 años, sargento de la policía de profesión, sedujo a la princesa que lo apadrinó y asistió complacida a la entrega de diplomas. Cinco meses después Lemhaouli fue expulsado por "falta grave" de la policía en la que este hijo de inmigrantes ingresó tras acabar el bachillerato.

El asunto reabre el debate sobre la lealtad de los inmigrantes marroquíes que no pierden su nacionalidad de origen
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Un informe del AIVD, el servicio secreto holandés, reveló que pasaba información confidencial a la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el espionaje exterior marroquí que dirige Yassin Mansouri. El Gobierno holandés protestó ante el marroquí y éste repatrió a dos agentes, acreditados como diplomáticos en La Haya, que habían reclutado a Lemhaouli.

El asunto hubiese quedado ahí de no ser porque el programa NOVA, de la televisión pública, lo desveló la semana pasada provocando una gran polémica. "Es un asunto muy feo", reconoció el ministro de Exteriores, Maxime Verhagen, en una intervención parlamentaria. "Se pidieron explicaciones a Marruecos (...)", añadió. El caso volverá a ser debatido esta semana en un pleno extraordinario.

Lemhaouli, que fue despedido este mes de su puesto de monitor de chavales descarriados, suministraba, aparentemente, a los marroquíes información sobre sus inmigrantes en los Países Bajos a la que tenía acceso como policía. "Rabat está empeñada en vigilar -y someter- a la comunidad marroquí establecida en el extranjero", escribe la publicación electrónica marroquí "Hespress". "Antes, durante la guerra fría, lo hacía para luchar contra la infiltración marxista y ahora contra el islamismo".

"El espionaje marroquí y los imanes que son enviados a Europa se esfuerzan, según Rabat, en que el extremismo no cunda entre sus emigrantes", asegura un ex agente afincado en la Costa del Sol. "Sostiene que su labor es útil para Marruecos, pero también para el país anfitrión".

No es esa la percepción que se tiene en La Haya donde se ha recrudecido el debate sobre la lealtad de los inmigrantes marroquíes -sobre todo los que son funcionarios- que, por mucho que adquieran la nacionalidad holandesa, no pierden la de su país de origen. Geert Wilders, fundador del derechista Partido de la Libertad, advierte de la "quinta columna" musulmana que infiltra el país.

Fouad el Haji, concejal socialdemócrata de Rótterdam, confesó tras ver el programa que la DGED intentó reclutarle "como a cualquier otro cargo electo de origen marroquí". Para entablar el contacto "te invitan a fiestas y te tratan muy bien y si luego viajas a Marruecos eres aún mejor servido".

El estallido del escándalo tendrá consecuencias para Lemhaouli. La fiscalía renunció a presentar cargos contra él, en julio, por insuficiencia de pruebas, pero ahora el Ministerio de Justicia señala que se reabre la investigación por supuesto "atentado contra la seguridad del Estado". Si, al final, el ex policía es juzgado y condenado podrá ser privado de la nacionalidad holandesa, pero nunca de la marroquí que los súbditos de Mohamed VI conservan de por vida.

Asuntos como el del supuesto espía Lemhaouli son corrientes en otros países con fuerte inmigración marroquí, empezando por Francia. Pero si no saltan a la luz pública son tratados con discreción y las repatriaciones de espías con cobertura diplomática no se dan a conocer.

Yassin Mansouri, jefe del espionaje exterior marroquí
Yassin Mansouri, jefe del espionaje exterior marroquíTEL QUEL

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