Tropas iraquíes y estadounidenses lanzan una gran ofensiva en Diyala
La operación en la conflictiva provincia multiétnica es la de mayor envergadura desde la caída de Sadam Huseim
El Ejército iraquí, con el apoyo de tropas estadounidenses, han lanzado una ofensiva militar a gran escala contra rebeldes en la conflictiva provincia de Diyala, al este de Irak, donde conviven insurgentes chiíes, suníes y otros grupos étnicos.
El general Mohamed al Askari ha confirmado a la televisión oficial iraquí Al Iraqiya el comienzo de la operación, denominada Buenos Presagios, en esta provincia multiétnica, que sufre uno de los mayores niveles de violencia de todo Irak. Diyala, junto a la frontera con Irán, se ha convertido en uno de los principales feudos de los islamistas suníes de Al Qaeda y es escenario de sangrientos atentados suicida. Sólo este mes, terroristas suicidas se han cobrado la vida de 27 personas en la capital provincial, Baquba, a 65 kilómetros al noreste de Bagdad.
Askari no ha ofrecido más detalles sobre el dispositivo militar, aunque según una información publicada hace dos días por el diario oficialista Al Sabah, más de 50.000 unidades del Ejército y de la Policía iraquíes pueden estar participando en la operación. De acuerdo con el rotativo, que citaba fuentes de la seguridad iraquí, el dispositivo es el de mayor envergadura que se lanza en el país desde la caída del régimen del dictador Sadam Husein, en 2003.
Buenos Presagios es la última en una serie de ofensivas similares en distintas provincias de Irak contra rebeldes chiíes e insurgentes suníes cercanos a Al Qaeda. El Ejército iraquí atacó Basora, en el sur, y el barrio de Ciudad Al Sáder en Bagdad. Ambos eran previamente bastiones de la milicia del clérigo radical chií Muqtada al Sáder, el Ejército del Mahdi, y resultaron exitosas.
Miles de chiíes peregrinan pese al temor a nuevos atentados
Decenas de miles de chiíes se han reunido hoy en Kadhamiya, uno de los principales santuarios de Bagdad, en el clímax de uno de los mayores peregrinajes en Irak, después de que ayer tres terroristas suicidas se inmolaran entre la multitud, causando 35 muertos y 250 heridos.
Ante el temor a nuevos atentados, las autoridades han impuesto el toque de queda prohibiendo la circulación de vehículos en la capital, que espera recibir durante la jornada de hoy a alrededor de un millón de personas para conmemorar a uno de los 12 imanes de la confesión chií.
Alrededor del templo ya se habían instalado centenares de tenderetes, donde se ofrece agua y comida a los peregrinos que llegan, en la mayoría de los casos a pie, desde todas partes del país. Las tropas del Ejército iraquí y la Policía han instalado más puestos de control y han cortado carreteras al tráfico para facilitar el peregrinaje a Bagdad, uno de los más importantes acontecimientos del calendario religioso chií. Además, las fuerzas de seguridad han incrementado sus efectivos femeninos para poder hacer cacheos, teniendo en cuenta que las tres terroristas de ayer eran mujeres. Este año se han producido más de 20 atentados suicidas perpetrados por mujeres.
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