Calderón vincula el desarrollo de México a su relación con China
El presidente califica de "fructífera" su visita al país asiático
"China será la potencia económica más grande del mundo dentro de algunos años. México, probablemente, la quinta potencia mundial. Nuestro desarrollo se verá beneficiado por el intercambio comercial y diplomático" con China. El mensaje que el presidente de México, Felipe Calderón, transmitió el pasado viernes durante el encuentro con su homólogo chino, Hu Jintao, no dejaba lugar a dudas de las intenciones del mandatario mexicano en su primera visita a China, que concluyó ayer.
Calderón ni mucho menos se fue con las manos vacías. Firmó siete acuerdos con el país asiático, entre los que destacan un protocolo veterinario para el comercio de carne de cerdo y un tratado de extradición. Con estos acuerdos, el presidente mexicano espera paliar el déficit comercial que su país mantiene con China y que sigue avanzando este año, después de que en 2007 superara los 14.000 millones de dólares (unos 8.800 millones de euros).
Los documentos firmados incluyen un protocolo de inspección y cuarentena para exportación e importación de carne de cerdo entre ambos países y la formación de un grupo de trabajo de inspección y cuarentena de la subcomisión de comercio y economía bajo la Comisión Financiera Permanente entre ambos países.
Otros dos documentos incluyen la cooperación técnica sobre asistencia y bienestar social y un programa de cooperación para el periodo 2008-2010 entre la Oficina de Alivio de la Pobreza del Consejo de Estado chino u la Secretaría de Desarrollo Social de México.
La visita, que concluyó ayer después de cuatro días, ha sido la primera que Calderón ha hecho al país asiático desde que asumiera la presidencia en 2006, aprovechando el encuentro que mantuvo con los otros cuatro países emergentes que conforman el G-5 (Brasil, India, Suráfrica y la propia China). Uno de los momentos más relevantes de esta minicumbre se produjo cuando Felipe Calderón instó a los países más ricos del mundo, el G-8, a diseñar una estrategia multinacional para hacer frente al incremento del precio de los alimentos.
Los momentos más tensos de la visita se produjeron durante la recepción en la Embajada de México entre los reporteros mexicanos que acompañaban al presidente y la guardia de seguridad china, que no les permitió permanecer en la sala apenas tiempo.
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