"¡Guerrilleros! Soy Ingrid Betancourt. Los estoy esperando"
La ex rehén invita a los miembros de las FARC a desmovilizarse en mensajes que serán emitidos en la selva - Dirige sus primeras críticas al presidente colombiano, antiguo rival en las urnas
"¡Hey, guerrilleros! Soy Ingrid Betancourt. Sé que ustedes me están oyendo. Se les respetó la vida a sus camaradas; a ustedes también, con mayor razón, si se desmovilizan". Estas palabras pueden oirse en uno de los tres mensajes que grabó la ex candidata presidencial y ciudadana colombo-francesa, recién liberada por la guerrilla colombiana, antes de viajar a París.
"Guerrilleros, soy Ingrid Betancourt. ¡Tomen la decisión de desmovilizarse ya! Los estoy esperando; les garantizamos que les va a ir mejor: van a recuperar su familia, su honor, su libertad, su honor .". "Soy Ingrid Betancourt quiero que recuperen su libertad como yo. ¡Aquí los estoy esperando!". Son frases pronunciadas en los otros dos mensajes que se escucharán, próximamente, a través de altavoces desde los helicópteros que sobrevuelan el departamento de Guaviare, una zona selvática al sur del país, donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han mantenido a sus secuestrados.
Así, con voz enérgica, Ingrid se vincula a la campaña del Ministerio de Defensa que llama a los integrantes de las FARC a acogerse a los programas de reinserción del Gobierno. En estos sobrevuelos se lanzarán también panfletos —casi siempre usando la imagen de atractivas mujeres como señuelo— invitando a dejar las armas.
Ésta ha sido un arma clave en la lucha contra una guerrilla que lleva más de 40 años levantada en armas.
Desde que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, subió al poder, en agosto de 2002, se han entregado voluntariamente algo más de 16.000 integrantes de grupos ilegales.
En los seis primeros meses de este año, cuando la presión militar en los distintos frentes se ha intensificado, la cifra ya llega a 1.680; de ellos, una gran mayoría —1.501— pertenecían a las FARC. En la cifra se incluyen 131 menores de edad y 367 mujeres.
Y mientras en el país se especula sobre cuál debe ser el camino para lograr la liberación de los 25 rehenes canjeables aún en poder de las FARC y los más de 700 con los que se intentan negociar jugosas recompensas, Luis Eladio Pérez, uno de los seis rehenes que fueron entregados unilateralmente a comienzos del año, denunció que es víctima de constantes amenazas. "No temo; si los colombianos seguimos temiendo nunca vamos a superar el flagelo de la violencia y el secuestro", asegura. La raíz de las amenazas, dice, está en las críticas que ha hecho a sus antiguos carceleros.
La negociación, punto de desencuentro
Desde Francia, Ingrid Betancourt ha pedido al presiente colombiano, Álvaro Uribe, que modere su lenguaje "radical y extremista de odio" contra la guerrilla de las FARC y que busque la negociación.
"La negociación es una prioridad", dijo, aunque pidió también no interrumpir la presión militar: "Nunca van a negociar si tienen la mínima posibilidad de conquistar el poder; hay que hacerles entender que es una utopía que nunca lograrán".
Ingrid, quien ayer habló ante el Senado francés, no ha parado de ofrecer declaraciones; algunas de ellas la colocan cerca de las tesis de Uribe y otras, sin embargo, la distancian de ellas. "Hay que reconocerle al César lo que es del César", dijo al aplaudir lo que "Uribe ha hecho a favor de Colombia". Pero ha dejado claros los puntos que los separan: Uribe piensa que la inseguridad genera malestar social; ella, todo lo contrario: el malestar social está en la raíz de la violencia.
La última encuesta realizada en Colombia, que refleja cómo se dispararon los índices de popularidad de Uribe y de Ingrid tras el exitoso operativo de rescate, muestra también otro resultado interesante: el 50% de los colombianos cree que la prioridad del Gobierno debe ser la lucha contra la pobreza.
Al mismo tiempo, ayer se conoció la carta abierta de cinco ONG defensoras de derechos humanos —entre ellas, el comité de familiares de víctimas del Estado, dirigido por Iván Cepeda—, enviada al nuevo comandante de las FARC, Alfonso Cano. Le solicitan la libertad inmediata de todos los secuestrados. Y le recuerdan que "llegó el momento de buscar un proceso de paz".
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