Tres jefes de la policía mexicana piden asilo político en EE UU

Tres jefes de la policía mexicana han pedido asilo político en Estados Unidos los últimos meses a raíz de la violencia generada por el narcotráfico, informó ayer el Departamento de Seguridad Nacional.

Ese departamento revisa las solicitudes de los cargos policiales, que alegan que temen por sus vidas en México, para decidir si les concede el asilo solicitado. Una portavoz de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de EE UU declaró que la identidad de los policías no puede ser revelada por motivos de seguridad. Uno de los solicitantes de asilo puede ser el jefe de la policía de Palomas, Javier Emilio Pérez Ortega, que llegó a la frontera con EE UU para pedir asilo político en abril pasado tras aducir que temía por su vida.

Según explicó Pérez Ortega, sus subalternos se habían dado a la fuga tras recibir amenazas de muerte por parte de personas relacionadas con el narcotráfico. Las solicitudes de asilo coinciden con un aumento de la violencia vinculada al narcotráfico en México, donde poderosos carteles de las drogas se enfrentan entre sí y con la Policía por el control de las rutas de contrabando y distribución de estupefacientes, según diversas fuentes.

Cifras extraoficiales divulgadas en México elevan el número de muertes violentas por el crimen organizado a más de 1.200 en lo que va de año, mientras que en 2007 alcanzó los 2.700. Sólo la última semana, tres jefes de Policía fueron asesinados en México.

Los expertos apuntan a que las organizaciones narcotraficantes más poderosas en México son el cartel de Tijuana, regido por los hermanos Arellano Félix, el cartel del Golfo y el cartel de Sinaloa. Otras dos grandes organizaciones, los carteles de Juárez y Milenio, también operan en el país.

El Comité de Asuntos Exteriores del Congreso estadounidense aprobó ayer por mayoría la Iniciativa Mérida, un plan con el que el Gobierno de EE UU quiere contribuir a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en Centroamérica y México.

Este proyecto de ley, que respalda la Casa Blanca, aún debe recibir el visto bueno de varios comités y del pleno de la Cámara de Representantes, para lo que no hay una fecha fijada todavía.