Dos ancianas asesinaban a vagabundos para cobrar sus seguros de vida
Un jurado de Los Ángeles condena a las 'viudas negras' por atropellar a dos mendigos para estafar a varias aseguradoras
Se hacían amigas de vagabundos, los alojaban en apartamentos y contrataban seguros de vida millonarios cuyas beneficiarias eran ellas. Helen Golay, de 77 años, y Olga Rutterschmidt, de 75, camaradas desde hace dos décadas y ambas ciudadanas estadounidenses, han sido declaradas culpables de matar premeditadamente a dos mendigos para cobrar pólizas por un total de 2,8 millones de dólares (1,75 millones de euros).
Conocidas como las viudas negras, el caso de estas dos ancianas ha despertado mucho interés mediático en Los Ángeles, donde se ha desarrollado el juicio, por sus similitudes con el clásico del cine Arsénico por compasión, una comedia de Frank Capra en la que el actor Cary Grant descubría que sus tías envenenaban a hombres ancianos como un acto de caridad.
En este caso, los dos vagabundos muertos, Paul Vados y Kenneth McDavid, de 73 y 50 años, no han fallecido por caridad sino por dinero, tras ser atropellados por sendos vehículos que se dieron a la fuga en 1999 y 2005, respectivamente. En el momento de su fallecimiento, la vida de Varos estaba protegida por más de una docena de pólizas de seguros, mientras que McDavid sumaba 23.
El jurado de Los Angeles ha determinado que Helen Golay perpetró los crímenes y conspiró para estafar por 2,8 millones de dólares (1,75 millones de euros) a las compañías aseguradoras en las que, previamente, había contratado seguros para los dos fallecidos.
Su amiga, Olga Rutterschmidt, de 75 años, ha sido declarada culpable sólo de la muerte de uno de ellos, Kenneth McDavid, y de un segundo cargo de conspiración. Golay se enfrenta a cadena perpetua, mientras que Rutterschmidt encara una pena de 25 años entre rejas.
La acusación decidió el año pasado no pedir la pena capital porque, debido al funcionamiento del sistema judicial, las apelaciones podrían posponer su ejecución durante diez años. Con su avanzada edad, existía la posibilidad de que estas mujeres muriesen en prisión sin que se resolviese el litigio.
Las dos mujeres, que han recibido este jueves con evidente angustia sus respectivas sentencias, fueron arrestadas en mayo de 2006. La policía empezó a sospechar de las ancianas tras la muerte de McDavid, cuyo atropello fue grabado por tres cámaras de seguridad, lo que permitió a los agentes dar con el vehículo y relacionarlo con el caso de Vados, debido a que ambos cuerpos presentaban heridas que indicaban que estaban tumbados antes de ser arrollados por el automóvil.
Según recoge la prensa estadounidense, el fiscal encargado de la acusación, Bobby Grace, se ha mostrado en varias ocasiones asombrado por la personalidad de las dos mujeres, que actuaron con frialdad maquiavélica y cuyos crímenes no podían justificarse por la necesidad. "No eran pobres ni tenían problemas financieros por delante. Hicieron todo lo que estaba a su alcance para aprovecharse de gente que no tenía nada", ha declarado Grace, que instó a los miembros del jurado a no dejarse llevar por la compasión hacia dos "viejecitas" aparentemente inocentes.
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