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Sarkozy no cierra la puerta a un boicot a la ceremonia de apertura de los JJ OO en Pekín

China detiene a 13 activistas que participaron en las primeras protestas en Tíbet

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha llamado a la "responsabilidad de las autoridades chinas" en la revuelta desatada en Tíbet y ha rechazado cerrar la puerta a un boicot francés a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos (JJ OO) en Pekín, que comienzan el próximo 8 de agosto.

"Yo no cierro la puerta a ninguna opción -ha respondido Sarkozy preguntado por un posible boicot-, pero creo que es más prudente restringir mis respuestas a hechos concretos". "Todas las opciones están abiertas, pero llamo a la responsabilidad de las autoridades chinas". Fuentes del Elíseo han precisado que el presidente se refería a la ceremonia de inauguración de los Juegos.

"Quiero que empiece el dialogo y modularé mi respuesta en función de la respuesta que den las autoridades chinas", ha afirmado el presidente, quien ha añadido que así es como hay que reaccionar "si se quieren obtener resultados".

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Precisamente ayer, dos encuestas para los diarios franceses Liberation y L'Equipe informaban de que un 53-54% de los franceses aprobarían un boicot en la ceremonia inaugural de los JJ OO chinos.

"La violencia debe terminar"

Un poco antes de las palabras del presidente galo, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, ha manifestado al canal de televisión Europe 1 que "la violencia debe terminar en ambos lados, pero sobre todo, la represión debe terminar en el Tíbet, ya que nadie puede entrar en este momento". Es la primera vez que Kouchner, que fue activista pro Derechos Humanos en su juventud, emplea un lenguaje tan explícito en sus críticas al gobierno chino.

Kouchner ha dicho también que espera que los disturbios de Tíbet sean tratados en la próxima reunión de los ministros de asuntos exteriores de la Unión Europea este viernes. El ministro también ha pedido la admisión de periodistas en una región donde ya han muerto 140 personas por la represión, según denuncia el gobierno tibetano en el exilio. Precisamente hoy, las autoridades chinas han anunciado que organizarán una visita guiada para algunos periodistas extranjeros, entre los que no han incluído ningún medio de habla hispana.

Trece detenidos el pasado 10 de marzo

Las autoridades chinas han arrestado a 13 personas que participaron el pasado 10 de marzo en una manifestación en Lhasa con pancartas "reaccionarias", según informa este martes el diario Tibet Daily, que no aclara si los arrestados son monjes budistas. El rotativo asegura que los 13 detenidos se encontraban entre la multitud que se manifestaba cerca de uno de los principales monasterios budistas días antes de los disturbios desatados en Lhasa, la capital de Tíbet, el pasado 14 de marzo, que se han extendido a otras zonas y han causado la muerte de al menos 19 personas.

El reportaje explica que los arrestados "gritaron consignas reaccionarias" e incitaron a la multitud a rebelarse con banderas de leones de montaña, uno de los símbolos utilizados por los activistas a favor de la independencia de Tíbet.

Pekín denuncia la muerte de un policía

El último episodio de violencia conocido en Tíbet se refiere a la muerte de un agente de la policía armada china en la prefectura de Garze de la provincia de Sichuan, al este del Tíbet. Las autoridades de Pekín denuncian hoy, a través de la agencia de información estatal Xinhua, que un policía falleció ayer y varios resultaron heridos en el ataque a un cuartel de la policía armada en una zona de etnia tibetana en el oeste de China.

Según la información de Xinhua, los atacantes utilizaron cuchillos y piedras contra la policía, que "se vio forzada a dispersar a los gamberros", aseguró uno de los efectivos policiales. El policía muerto es Wang Guochan, nativo de la misma provincia,

La agencia oficial también ha informado hoy de la "rendición" de 381 personas que protagonizaron otra revuelta en el distrito de Aba, en la misma provincia de Sichuan, el pasado 16 de marzo. La policía de esa localidad, también habitada en su mayoría por tibetanos, había dado un ultimátum a los manifestantes, a los que ordenó que se entregaran en el plazo de 10 días. Los amotinados atacaron, según la prensa china, oficinas gubernamentales, comisarías, hospitales, escuelas y bancos, al grito de "independencia para el Tíbet" y llevando banderas del Gobierno de Tíbet en el exilio.

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