Los socialistas ganan las municipales francesas y exigen a Sarkozy que corrija su política
La conservadora UMP conserva el feudo de Marsella pero pierde Toulouse y Estrasburgo
La izquierda ha ganado la segunda y definitiva vuelta de las elecciones municipales francesas, según los resultados divulgados por el Ministerio del Interior. Los partidos progresistas se han alzado con el 49,34% de los votos, frente al 47,55% de los conservadores, casi la misma diferencia de puntos que en la primera vuelta del pasado día 9. La abstención batió los récords: superó el 38,3%.
La impopularidad del presidente francés Nicolas Sarkozy ha pasado factura a la conservadora UMP, tal y como vaticinaban todos los sondeos. Cuando se cumplen diez meses de la victoria conservadora en las presidenciales, los socialistas han ganado en París, donde ya gobernaban, y en otras ciudades importantes del país hasta ahora en manos de la derecha, como Estrasburgo y Tolouse, bastión conservador desde hace 37 años.
La UMP ha logrado mantener a duras penas el poder en Marsella, la segunda ciudad en importancia después de París, logrando así salvar la cara y evitar una derrota humillante.
La izquierda ha reconquistado muchas de las 41 ciudades de más de 20.000 habitantes perdidas en 2001, entre ellas Estrasburgo. Ha arrebatado a la derecha Reims, Caen, Amiens, Metz o Périgueux, donde fue derrotado el ministro de Educación, Xavier Darcos, uno de los ocho miembros del Ejecutivo en juego en esta segunda ronda, y ha conservado Lille o Angers.
El socialista Bertrand Delanoe, que ya tenía garantizada su reelección al frente de la Alcaldía de París, obtuvo el 57,7% de los votos, pero no ha conseguido ampliar el número de distritos que controla junto a los verdes. Entre las pocas ganancias del día para la UMP, figura Calais, tras 37 años de gestión comunista.
Estas elecciones han sido el primer test electoral de la popularidad de Sarkozy desde su victoria el pasado mes de mayo. Y el resultado no ha podido ser más decepcionante para el jefe del Estado. En cambio, desde el Gobierno se argumenta que lo que se decidía esta jornada eran los Ejecutivos regionales, por lo que el resultado no debería afectar a los asuntos nacionales, pero no cabe duda de que tendrán que tomar buena nota del notable retroceso en apoyo popular. El portavoz de la UMP en el Parlamento, Jean-Francois Cope, ha alumbrado el camino a seguir por sus compañeros de partido al asegurar que "esta es una tarde de derrota".
El Gobierno hace oídos sordos
El Partido Socialista no esperó a los resultados oficiales para proclamar su victoria y exigir al Ejecutivo que escuche a los votantes y renuncie a implantar reformas "injustas", pero el primer ministro François Fillon ya ha dicho que no habrá cambios. "No nos hundiremos en las dificultades, responderemos a nuestros compromisos con la presidencia de la República, haremos que Francia tenga éxito", ha dicho Fillon en un discurso televisado.
Sarkozy, que guardó silencio en esta velada electoral tras haber estado casi ausente de la campaña, marcada por su impopularidad, había hecho saber, en vísperas de los comicios, que mantendría el rumbo, aunque procedería a leves ajustes gubernamentales y, sobre todo, a cambios en su estilo presidencial y en su comunicación.
La abstención superó el 38,3%, un récord para este tipo de comicios que muestra que no han calado los llamamientos de los dos principales bandos a los abstencionistas de la primera ronda del pasado día 9 para que acudieran masivamente a las urnas.
Bayrou pierde influencia
Mientras, el líder del centrista MoDem, François Bayrou, que tiene la vista puesta en las Presidenciales de 2012, ha perdido por unos 300 votos su apuesta por la Alcaldía de Pau (suroeste); su partido no llegó al 2% de los votos. "Habrá otros combates y otras victorias", ha prometido Bayrou, que ha achacado su derrota ante la aspirante socialista a la negativa del candidato de la derecha a retirarse después de la primera ronda.
Bayrou había excluido alianzas nacionales y optó porque sus listas se aliaran con la izquierda o la derecha, según los casos, para la segunda ronda, en la que el electorado centrista parece haberse inclinado más por la primera que por la segunda.
Con su victoria de ayer, el Partido Socialista domina ahora el paisaje local, departamental y regional de Francia, lo que debe utilizar para "reparar lo que Gobierno ha destruido desde hace 10 meses", según ha proclamado la ex candidata socialista al Elíseo Ségolène Royal.
Royal no ha podido evitar una alusión indirecta a sus ambiciones personales -el liderazgo del PS de cara a las Presidenciales de 2012-, al pedir que se transforme "el voto de castigo en un voto de futuro".
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