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"Incertidumbre, impotencia y caos"

Los primeros cooperantes españoles evacuados de Chad cuentan su experiencia tras aterrizar en Barcelona esta tarde

Rosario Iraola, directora del programa de Intermón-Oxfam del oeste de África, resoplaba antes de cruzar el umbral de llegadas de la Terminal A del aeropuerto del Prat en Barcelona. Eran los últimos metros de una evacuación que empezó el viernes pasado en la capital de Chad, Yamena, entre balazos y explosiones, y que ha finalizado este lunes al mediodía tras aterrizar en Barcelona, vía París.

Junto a ella, otros dos cooperantes de la ONG Intermón Oxfam, contaron su experiencia, visiblemente cansados, pero con ánimos de regresar a Chad "cuando sea posible".

Rosario resumió sus sensaciones en tres palabras: "Incertidumbre, impotencia y caos", aseguró, por verse obligada a abandonar un país que la necesita. Los miembros de la ONG trabajaban en Yamena, que el fin de semana se convirtió en el epicentro de los enfrentamientos entre los rebeldes y las tropas militares que respaldan al presidente Idriss Déby. "Desde las 8 de la mañana hasta la noche sólo había tiroteo limpio", explicó Rosario. Marc Niñerota, otro de los cooperantes, también retrató la misma escena. "Se oían cañonazos y obuses a todas horas. La artillería no paraba. No apuntaban contra objetivos extranjeros, pero había demasiadas balas perdidas", explicó.

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Llevar a cabo la misión humanitaria en este contexto se había convertido en un imposible. "Pasábamos todo el día escondidos debajo de las mesas, tirados en el suelo", desveló Marc. Ana Damásio, de orígen portugués y también cooperante de Intermón-Oxfam, añadió que "ante esa situación no había otra cosa que pudiéramos hacer".

Los tres han agradecido el papel del Ejército francés, clave para la evacuación de los europeos en las zonas de combate. "Su logística es impresionante, todo ha ido muy rápido y muy bien", subrayó Marc, antes de lamentar que los autóctonos de la zona "son ciudadanos de segunda y no pueden contar con la misma protección que nosotros".

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Pese a estar ya en casa, Marc no duda de que en cuánto pueda, volverá. "Nuestro sitio está allí, y nuestra cabeza sólo piensa en los amigos chadianos que siguen entre los disparos de la artillería y los bazookas".

Chad, país árido de 10 millones de habitantes, es uno de los más pobres y corruptos del mundo, pero ha adquirido relevancia estratégica desde que en 2003 empezó a exportar petróleo. "Lo que más duele", subrayó Marc, "es que cuando en televisión se nos pedía que los extranjeros abandonáramos el país, aparecía ese rótulo en la pantalla". Ese rótulo era la noticia de que la empresa petrolera Exxon ha obtenido beneficios récord en 2007. "Con petróleo del Chad y sus guerras", apuntó Marc.

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