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Noriega consigue retrasar su extradición a Francia

El ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega se resiste a su extradición a Francia, dictada en Miami el pasado 28 de agosto de 2007. Sus abogados, que desde aquel momento empezaron la larga cadena de apelaciones, han conseguido que el juez federal Paul Huck paralice el proceso hasta que agote todos sus recursos en los tribunales estadounidenses. El ex dictador, de 73 años, podría llevar su caso hasta la Corte Suprema, lo que retrasaría la resolución aún varios meses o incluso años. En principio, se verá en la Corte de Apelaciones de Atlanta.

Noriega sigue detenido, aunque cumplió el 9 de septiembre los 17 años de condena por tráfico de drogas en 1992 tras su derrocamiento por la invasión estadounidense de Panamá en 1989. En Francia fue condenado en ausencia a 10 años por lavado de dinero procedente del narcotráfico, más de 2,2 millones de euros.

El magistrado Huck rechazó en diciembre una primera apelación de Noriega con los mismos argumentos que esgrimieron sus colegas anteriores, William Hoelever y William Turnoff, para dar vía libre a la extradición. El estatus de prisionero de guerra que había logrado tener Noriega, acogiéndose a la Convención de Ginebra, no le impide en este caso ser extraditado, según todos los magistrados.

Sin embargo, unas semanas después, Huck, en una resolución de seis páginas, se lavó las manos, aplicó al ex dictador el beneficio de la duda y dejó la puerta abierta para que siga peleando contra su viaje a Francia. "Parece que estos son temas legales sobre los que no se ha pronunciado otra corte federal, directa o indirectamente", escribió, y añadió que "un pequeño retraso en la apelación no afectará, al menos significativamente, ni perjudicará el caso planteado de Francia contra Noriega, ni afectará negativamente a la relación entre Estados Unidos y Francia".

El fiscal Sean Paul Cronin se había opuesto, antes de la decisión del juez, a suspender el proceso de extradición, al que sólo faltaba la firma de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Los abogados de Noriega pidieron al juez Huck la paralización del proceso precisamente porque el Departamento de Estado les había notificado que no demoraría más la entrega de su cliente a Francia si no lo impedía una orden judicial.

Los letrados Jon May y Frank Rubino han tratado por todos los medios, incluídos los de comunicación, de que Noriega sea enviado a Panamá, porque allí su condena es mucho más grave, 20 años, por asesinato y violación de los derechos humanos. Pero la voluntad política de los tres países implicados no ha ido claramente en ese sentido. Noriega es una patata demasiado caliente, que, según todos los indicios, quedaría impune al llegar a su país.

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