Suben a 32 los muertos en Pakistán en los disturbios tras el asesinato de Bhutto
Fallece en una explosión un candidato del partido de Musharraf
Tras el asesinato ayer de la ex primera ministra y candidata en las legislativas Benazir Bhutto en un atentado en Rawalpindi, la violencia no cesa en Pakistán. Seis personas han muerto al producirse una explosión en una reunión electoral que tenía lugar en el valle de Swat, la conflictiva zona noroeste de Pakistán donde se libra una guerra contra los partidarios de los talibanes. Un candidato electoral del partido del presidente del país, Pervez Musharraf, ha resultado muerto en este nuevo atentado. Además, en las protestas desencadenadas por el asesinato de Bhutto, han muerto al menos 32 personas, según han informado las autoridades.
El atentado contra el candidato de la Liga Musulmana de Pakistán, conocida como la liga Q, se ha producido en el valle de Swat, la región montañosa del norte del país fronteriza con Afganistán. Seis personas han muerto, incluyendo el candidato de la Liga Q, según la policía. En esa región, el ejército paquistaní libra una guerra contra los extremistas islámicos y talibanes afganos huidos que se refugian en lo abrupto de la orografía -incluyendo, según algunas fuentes, al propio Bin Laden.
La mayoría de las muertes se han producido en la provincia de Sindh, de donde era originaria la ex primera ministra asesinada. Según el responsable de seguridad, "el balance de los disturbios, los incendios y los enfrentamientos alcanza ya los 19 muertos. Hay 18 muertos en la provincia de Sindh y otro en la de Pendjab". En este balance no se cuentan los seis muertos del atentado en el valle de Swat.
En la provincia de Sindh, las autoridades han dado a las fuerzas de seguridad la orden de disparar a los manifestantes violentos, después de que un manifestante abatiese a un policía durante una de las protestas en la capital de la provincia, Karachi, la ciudad más grande del país y su capital comercial, que hoy ha amanecido en calma, con las calles desiertas, excepto por la presencia de agentes de los cuerpos de seguridad, en alerta máxima desde ayer. La policía ha informado de que los manifestantes han atacado durante la noche tiendas, coches y edificios oficiales.
También la policía ha tenido que actuar en Hiderabad, otra de las ciudades de la provincia, donde al menos cinco personas han resultado heridas. En esta ciudad, según la policía y varios testigos, 25 oficinas bancarias, un centenar de vehículos y otros establecimientos han sido pasto de las llamas. También en el norte, en Peshawar, han ardido dos oficinas del partido de Musharraf.
Los partidarios de Bhutto, en sus protestas, han clamado contra el presidente del país, Pervez Musharraf, viejo rival de la ex primera ministra cuyas llamadas a la calma tras el atentado no han servido de mucho. Musharraf condenó el atentado y decretó tres días de luto.
India, en estado de alerta
India ha puesto sus fuerzas de seguridad en la frontera con Pakistán en "alto nivel de vigilancia" y ha suspendido las vías de comunicación por tren y autobús entre ambas naciones, después de que el asesinato de Benazir Bhutto despertara los temores de que el fantasma del caos pueda desbordar los límites del país.
Según los analistas políticos, India podría no sufrir un impacto en el corto plazo, pero afirman que la muerte de Bhutto en el atentado terrorista de ayer significa otro escollo para una paz permanente en la convulsionada región, si la violencia de los insurgentes traspasa las fronteras. India y Pakistán poseen armas nucleares y sus relaciones, después de enfrentarse en tres guerras y estar prácticamente a las puertas de otro conflicto en 2002, están siempre en peligro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.