Merkel y Sarkozy

Todos sabemos que Angela Merkel y Nicolas Sarkozy son las dos estrellas ascendentes de la política europea. Dos estilos, dos temperamentos e incluso dos formas muy distintas de abordar la defensa de los derechos humanos. Parece como si Sarkozy ponga la defensa de los derechos humanos al servicio de Francia y de su grandeur y que Merkel ponga Alemania y su peso político al servicio de los derechos humanos. O ésta es mi impresión: uno arranca contratos y otro cosecha disgustos. Pero ninguno de los dos deja indiferente. Son un buen estímulo para que espabilen otros líderes que todavía deben terminar de pasar sus pruebas, como Gordon Brown, Zapatero o Walter Veltroni. El primero debe ganar sus primera selecciones si quiere llegar a ser algo, después de haber sido un buen ministro de Economía, aunque con una insuficiencia europea alarmante. El segundo debe ganar sus segundas elecciones para consolidarse y dejar huella, pues de lo contrario pasaría por un líder efímero e incapaz de conseguir los objetivos tan ambiciosos que se había propuesto. El tercero todavía esta en fase de rodaje preelectoral en su alcaldía romana y como máximo dirigente y candidato del Partido Democrático. Sarkozy y Merkel son ya una realidad muy seria. El francés ha sido ministro con carteras muy importantes como Presupuesto, Interior y Finanzas y en los pocos meses que lleva en Elíseo se ha apuntado ya no pocos éxitos, a veces de forma incluso excesiva. La alemana es quien tiene mayores méritos ahora mismo, tanto por la presidencia alemana del primer semestre de 2007, como por la buena marcha de la economía alemana y el éxito de las reformas aplicadas con tiento y moderación por su Gobierno de coalición. No es extraño, por tanto, que el ayuntamiento de Aquisgrán le haya concedido el mayor galardón europeísta, el premio Carlomagno, a pesar de que sobre la mesa estaba también la propuesta de dárselo a Sarkozy.

Me parece una decisión sensata, porque todavía hay que esperar a ver qué otras cosas aporta Sarkozy a Europa. De momento el presidente de la República ha accedido a pronunciar la laudatio de Merkel, en una demostración del buen funcionamiento de esta pareja dificil y no siempre en sintonía. El mismo día en que se daba a conocer esta noticia, Merkel y Sarkozy dieron otra buena nueva como es que se hayan empezado a disolver los desacuerdos entre los dos países respecto a la puesta en marcha de la Unión Mediterránea. El proyecto francés de UM se presentó en su día, durante la campaña electoral, como una idea fabricada para eludir a la Unión Europea e incluso al llamado Proceso de Barcelona, en el que se enmarcan las políticas mediterráneas de la UE. Todo el mundo entendía que estaba pensado para que Francia tuviera de nuevo un protagonismo exclusivo, después de una inhibición mediterránea debida al trauma argelino y a la paralización del chiraquismo. Y, sobre todo, para ofrecer a Turquía algo sustancial que no fuera la plena integración, algo con lo que muchos socios europeos, España entre otros, no está de acuerdo.

La prueba del nueve de la UM era Alemania. Sin su acuerdo era muy dificil que avanzaran los planes de Sarkozy. Por eso Merkel le puso una condición a Sarkozy: Alemania también debe estar en esta nueva geometría multilateral. Sarkozy aceptó inmediatamente, con lo que abre la puerta a la entrada de otros países sin costas mediterráneas pero igualmente interesados en los proyectos que se puedan desarrollar con los países ribereños. Austria, por ejemplo, con sus vínculos históricos con el Adriático y el norte de Italia. O Bélgica, con su población de origen mediterráneo, de las dos orillas. Esta puerta abierta permite pensar que las ideas excluyentes de armar una construcción alternativa se están convirtiendo en propuestas inclusivas y perfectamente complementarias de la UE. El ministro español Miguel Angel Moratinos ha dicho que se trata de hacer un Proceso de Barcelona Plus, es decir, potenciar y ampliar lo que se ha hecho en la última década y media desde la Conferencia de Barcelona (1995) en vez de impugnarlo o superarlo. Merkel le ha dicho a Sarkozy que debe ser una 'cooperación reforzada' dentro de la UE, el método de trabajo que permite que un grupo limitado de miembros avance más que otros en una determinada área y que ha quedado consagrado precisamente por los nuevos tratados que ahora se van a aprobar en Lisboa. Es de destacar que diplomáticos franceses y españoles han reconocido en privado que el propio Proceso de Barcelona tiene más visibilidad desde que Sarkozy lanzó esta idea contorvertida.

La UM quedará fundada en junio de 2008, en una cumbre que Francia querrá celebrar en una de sus ciudades más representativas, Marsella probablemente. Los franceses aseguran que no se trata de crear otra institución más que colabore en la desorientación de los ciudadanos, sino que serán los proyectos concretos, sobre inmigración, pobreza, suministro de agua, saneamiento, combate contra la contaminación marítima, los que darán sentido a esta Unión de la que formarán parte, sólo de entrada, 26 países, contando Turquía. Éste es el país más reticente y dificil de convencer por parte de unos franceses que por otra parte les han mandado un mensaje fuerte de expulsión de la otra Unión, la grande.

Si Sarkozy consigue ligar bien su política europea también le darán el Carlomagno en 2009 y Angela Merkel será quien hará su laudatio. Pero exhibiendo su oposición al ingreso a Turquía no se lo merecerá. Invito al lector a que lea un excelente artículo de Zizek, el filósofo esloveno, que publicó ayer mi periódico, en el que sostiene la tesis de que la oposición al ingreso de Turquía se produce no porque los turcos sean distintos sino precisamente porque quieren ser iguales. Sería muy malo que la ciudad de Aquisgrán premiara algún día a Sarkozy por su oposición al ingreso de Turquía. En cualquier caso, a ver si muy pronto alguno de los otros tres, Zapatero por ejemplo, hacen méritos para ir a la zaga de esta pareja brillante y polémica que compite y a la vez colabora en el debate político europeo.

La jaima de Gadafi en Lisboa y hoy en París, la presencia embarazosa de Mugabe (el mayor dictador africano ahora mismo) en la Cumbre Africa-UE, la destrucción de los vídeos de torturas por parte de la CIA, el discurso de Zapatero sobre la inmigración, todos estos temas estaban en la punta de la pluma, pero finalmente he preferido escribir sobre este tema más árido para empezar la semana. En algún momento habrá que retomarlos, pero de momento los comentaristas quedan invitados también a expresarse sobre todos ellos. Gracias por leer y participar en este blog.