El probable triunfo de Berzoini en las internas del PT tranquiliza a Lula

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, logró el domingo una nueva victoria, de confirmarse los primeros resultados de las elecciones internas para elegir al presidente del Partido de los Trabajadores (PT). El recuento provisional —el definitivo se dará a conocer previsiblemente mañana— concede la presidencia del partido a Ricardo Berzoini, su actual presidente interino, un hombre del aparato que no planteará problemas a Lula cuando en 2010 busque a su sucesor como candidato a la presidencia de la República fuera del PT.

Según los primeros sondeos, Berzoini obtuvo el 47% de los votos. Tenía como rivales a los otros dos candidatos más importantes, Jilmar Tatto, con el 20,51%, y José Eduardo Cardozo, con un 19%.

Aun en el caso de que sea necesaria una segunda vuelta, ayer ya se daba por seguro el triunfo de Berzoini, el hombre que se negó a castigar a los miembros del partido que en 2005 se vieron involucrados en el gran escándalo de sobornos a los diputados —el mismo Berzoini fue rozado por otro caso de corruptelas— y cuyo proceder incluso hizo que se tambaleara la propia presidencia de la República. Hoy, la consigna en el PT es olvidarlo todo y salir del túnel con la mayor fortaleza posible.

El PT es el partido mejor estructurado a nivel nacional y el único con una ideología de izquierdas bien definida, aunque, después de que Lula haya repetido en varias ocasiones que él "ya no es de izquierdas", el partido ha perdido parte de su vieja identidad.

Hoy, el llamado lulismo, que va más allá del PT, es más fuerte que el petismo de antaño. Lula gobierna con una coalición de partidos que van desde la derecha hasta la extrema izquierda pasando por el centro, y es dentro de esa coalición donde busca sucesor.

No obstante, el PT sigue siendo el partido con mayor fuerza en el Congreso, con 83 diputados y 12 senadores. Cuenta también con cinco Gobiernos locales, 126 diputados regionales y 382 alcaldes. El número oficial de afiliados al partido se calcula en 1,2 millones, aunque los que han ido a las urnas para elegir a su nuevo presidente no han llegado a 300.000, lo que demuestra que las bases aún se hallan desorientadas y perplejas.

Lula, con todo, no ha conseguido imponer a su candidato personal, Marco Aurelio Garcia, que fue su consejero para asuntos internacionales. Por eso, al final se vio obligado a dar su voto a un candidato de mayoría, que además le garantiza hacer borrón y cuenta nueva para olvidar la pesadilla del pasado.