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Entrevista:ROBERTO LAVAGNA

"El método de Kirchner está terminado"

Desde su cuartel general electoral, situado en la principal avenida de Buenos Aires, Roberto Lavagna (Buenos Aires, 1942), candidato de Una Nación Avanzada (UNA), advierte de que Argentina ha tomado un rumbo equivocado en lo social y lo económico que puede empeorar en el caso de que el domingo resulte elegida presidenta Cristina Fernández, esposa del actual mandatario, Néstor Kirchner. Lavagna, ex ministro de Economía de Kirchner y uno de los padres de la recuperación económica argentina cree que la pobreza será el principal problema del próximo inquilino de la Casa Rosada.

Pregunta. ¿Qué ocurrirá en el caso de que otro Kirchner llegue a la presidencia?

Respuesta. Yo creo que el método de Kirchner está terminado. Todo lo que consiste en ponerse detrás del atril presidencial en el Salón Blanco [de la Casa Rosada] para presionar a distintos sectores de la sociedad o para hacer anuncios que después no se cumplen, este método está terminado, no va más para gobernar Argentina.

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P. Se dice que Argentina vive un ciclo económico virtuoso, y en cierta manera a usted le tocó inaugurarlo después de la devaluación en 2002. ¿Qué peligros tiene ese ciclo de frustrarse?

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R. Pocos o todos. Depende de quien resulte electo. Creo que si hay continuidad de lo que se ha hecho desde principios de 2006, las cosas van a volver a caer; no de la manera de 2001, que fue una crisis de magnitud histórica, pero la posibilidad de recaer en una de las situaciones recesivas que recurrentemente tuvo Argentina es altísima. Creo que si se vuelve al modelo económico y social que abandonaron a principios del año pasado, todavía hoy es posible poner a Argentina en un proceso de crecimiento. Siempre es difícil decirlo, pero en un horizonte de 10 años es perfectamente viable. En España han vivido cómo en un periodo relativamente corto se le puede cambiar la cara a un país.

P. ¿En qué cambió el proyecto de Kirchner, en el que usted fue uno de los protagonistas y del que ahora es su rival?

R. En todo. Primero, en materia institucional. El año pasado se aprobaron cuatro leyes que inclinaron a favor del poder ejecutivo la capacidad de decisión, en contra del Congreso y del poder judicial. Se han intervenido políticamente organismos técnicos del Estado, el Indec [Instituto de Estadística] es el caso más conocido, pero hay una larga lista. Todo esto implicó un deterioro institucional muy fuerte. A esto le agregamos un cambio en la política internacional: Argentina se fue separando de su núcleo natural, que es Mercosur, para recostarse sobre Venezuela. Y además debemos sumar los errores económicos, que son muchos. Desde un nivel récord de inversión a principios de 2005 y fines de 2006, se derrumbó y no se ha vuelto a recuperar.

P. ¿Qué tipo de relación tendría un Gobierno de Lavagna con España?

R. Hoy las relaciones de Argentina y España son intermediadas por Repsol YPF, donde yo tengo además serias sospechas sobre si la dirección de la empresa responde a los intereses de los accionistas o si, como dice una de las teorías económicas recientes, el agente ha dejado de responder a los intereses del accionista y responde a sus propios intereses. Eso no puede ser.

P. ¿Cómo califica la venta de acciones de Repsol a socios argentinos?

R. ¿Se refiere al arreglo espurio entre capitalistas amigos? Nos vamos a oponer y vamos a hacer todo el ruido del mundo si el Gobierno intenta ir adelante con esta operación, que nosotros consideramos espuria.

P. Usted estuvo tres años en el Gobierno de Kirchner y conoció de cerca a Cristina Fernández. ¿Cómo la define?

R. ¿A la candidata oculta? ¡Como es oculta no la puedo definir! [risas]. Carece de toda experiencia ejecutiva, pero además no sabemos qué es lo que piensa sobre ningún tema. Fue ella quien defendió cuatro leyes que se aprobaron en 2006 y que implicaron un deterioro institucional fuerte: reforma del Consejo de la Magistratura, los decretos de necesidad y urgencia, superpoderes del presidente para manejar el presupuesto y unidad de información financiera.

P. ¿Cuál es el principal problema social que heredará el próximo presidente argentino?

R. La pobreza, sigue habiendo 10 millones de pobres. La mejoría fue muy fuerte, pero quedan todavía 10 millones de pobres y un 9% de desempleo. De éstos, cuatro millones son chicos por debajo de los 14 años. Pero ninguna política social se va a sostener si no hay paralelamente un modelo macroeconómico que sea consistente. Cuando no hay billetera, es inútil hablar de políticas sociales.

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