El Estado de São Paulo tendrá 44 nuevas cárceles para 30.000 reclusos
El gobernador del Estado de São Paulo, José Serra, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que disputó en 2002 las elecciones presidenciales que ganó Luiz Inácio Lula da Silva, ha anunciado la construcción de 44 nuevas cárceles para 30.000 presos. Aún así, se quedarán pequeñas ya que se calcula que faltan otras 42.000 plazas que cubrir en las prisiones.
São Paulo, cuenta con el 25% del PIB del país, con una población cercana a los 40 millones de habitantes. Es el Estado más rico, el más industrializado y la ciudad, con sus 20 millones de habitantes, está considerada la capital financiera de Brasil.
La Bolsa de São Paulo es la que moviliza los mayores capitales de los países en desarrollo y la que ofrece mayores índices de lucro, que el año pasado alcalzó el 300%.
En São Paulo existen 120.000 plazas en las cárceles frente a las 116.000 que hay en el resto del país. En total, ahora, el Estado paulista va a contar con 189 cárceles. De las nuevas 44 prisiones, 13 deberán comenzar a ser construidas en 2008. De ellas, siete serán para mujeres y cuatro serán centros de detención provisional. Dos de las cárceles estarán en régimen semiabierto para los presos que hayan cumplido una parte de su condena.
Se calcula que cada año ingresan 6.000 nuevos presos en el Estado de São Paulo y con la falta de plazas para albergar tanto recluso acaban hacinados en las comisarías de policía, lo que genera un fuerte contingente de agentes sólo para cuidar de los presos. La pretensión de Serra es liberarlos para que puedan actuar en las calles contra la violencia urbana.
São Paulo cuenta en sus cárceles con uno de los movimientos mejor organizados de presos: el Comando Rojo. Desde dentro de las cárceles ha conseguido poner varias veces de rodillas a la gran urbe, paralizándola, incendiando cientos de autobuses de línea y provocando cientos de muertos.
El hacinamiento en las cárceles, que conlleva situaciones inhumanas de habitabilidad, es muchas veces la causa de las rebeliones carcelarias. Suelen acabar con decenas de muertos y la mayoría de las veces, las disputas ocurren entre presos de diferentes facciones que se disputan el poder interno de la cárcel.
El gobernador Serra, considerado como un socialista progresista que luchó durante la dictadura en las filas de los estudiantes católicos, quiere, además de invertir en la construcción de nuevas cárceles, reforzar el sistema de inteligencia, el mejor instrumento para prevenir que los presos, desde las prisiones, puedan organizar actos delictivos en el exterior.
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