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Berlín da por muerto a uno de los dos alemanes secuestrados por los talibanes

El Gobierno afgano desmiente que ambos hayan sido ejecutados como habían anunciado los insurgentes

El Gobierno alemán considera que uno de los dos ciudadanos germanos secuestrados en Afganistán por un grupo de talibanes ha muerto a causa de un infarto, ha informado el ministro de Asuntos Exteriores, Franz-Walter Steinmeier.

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"Todo apunta a que el rehén no ha sido ejecutado, sino que ha muerto a consecuencia de los estragos del secuestro", ha manifestado Steinmeier, tras una jornada marcada por las informaciones contradictorias sobre el caso lanzadas desde Kabul. Un portavoz talibán había anunciado anteriormente que ambos rehenes habían sido ejecutados, información que luego desmintieron las autoridades de Kabul, al indicar que uno sigue con vida y que el otro murió de un ataque al corazón.

Steinmeier ha expresado su indignación por la "instrumentalización por parte de las fuerzas extremistas" del caso, tanto en lo que se refiere al destino de los dos rehenes alemanes, secuestrados el pasado miércoles, como al de los 22 surcoreanos que asimismo permanecen capturados en Afganistán.

La muerte del rehén, un ingeniero "que participaba en la reconstrucción de Afganistán", no es menos trágica por el hecho de no haber sido ejecutado, ha añadido el ministro. Steinmeier ha señalado además que su Gobierno hará todo "lo humanamente posible" por salvar la vida del otro rehén y que el equipo de Exteriores trabaja "en estrecha cooperación" con las autoridades afganas.

Los talibanes exigían la retirada de las tropas alemanas de Afganistán y habían dado un ultimátum hasta hoy sábado, a las 12.00, al Gobierno alemán. Un portavoz de los insurgentes aseguró, cinco minutos después de esa hora, que se había ejecutado al primero de los dos ingenieros y una hora y cuarto después dijo que también lo había sido el segundo.

En una entrevista con el diario Passauer Neuen Presse publicada hoy, la canciller, Angela Merkel, rechaza la posibilidad de la retirada del contingente, un total de 3.000 soldados integrados en la ISAF, bajo mando de la OTAN, más otro centenar en la operación Libertad Duradera, liderada por EE UU. "No podemos ceder en nuestros esfuerzos. No podemos abandonar al pueblo afgano", afirma la canciller, para agregar que considera que la reconstrucción en Afganistán "empieza a dar resultados positivos", por lo que no puede pensarse ahora en una retirada.

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